En la primera semana después de la menstruación, las participantes realizaron dos tipos de ejercicio que repitieron durante la semana tras la ovulación. Tales períodos fueron escogidos porque los niveles de estrógeno y progesterona aumentan al principio y al final del ciclo menstrual.
Las participantes quemaron más calorías con el mismo ejercicio y tiempo durante la segunda mitad del ciclo menstrual. Se observó también que estas mujeres ejecutaron el ejercicio y de se recuperaron de manera distinta de las que los realizaron en la primera mitad del ciclo.
La Dr. Redman ha comentado que, en esa primera semana, las participantes aseguraban que se cansaban más, estaban más lentas y les dolía la cabeza. Por otra parte, las curvas de eficacia de las participantes mostraban picos y valles diferentes, lo que significaba que el metabolismo no actuaba de la misma manera que en la segunda mitad del ciclo.
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