Esta reforma ha recibido críticas de amplios sectores de la sociedad, entre ellos el consejero del Gobierno en materia de drogas, Keith Halliwell, quien presentó su dimisión como muestra de malestar por la aprobación de la misma, que en su opinión incitará a los jóvenes a pensar que consumir drogas no es algo negativo.

Esta medida del Ejecutivo británico equiparará el cannabis con otras sustancias, como los esteroides, los antidepresivos o los anabolizantes, por lo que tener pequeñas cantidades de la droga ya no supondrá motivo de detención.

La reforma se produce después de que una comisión del Gobierno recomendara rebajar la calificación de la marihuana. Seguidamente, el Gobierno británico dio en octubre pasado las primeras muestras de mantener una postura más permisiva con esta droga con unas pruebas realizadas en el conflictivo barrio de Brixton, en Londres.

El Gobierno considera que permitir que la posesión de esta sustancia no sea suficiente para que una persona pueda ser arrestada ofrecerá a la policía la posibilidad de concentrarse en la lucha contra otras drogas más peligrosas, como la heroína y cocaína.

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