Nuevas guías de la American Heart Association

Infarto: recomiendan controles preventivos regulares desde los 20

A partir de los 40, hay que evaluar a 10 años el riesgo de un ataque.

Controlar los riesgos de un ataque cardíaco ya no sólo será cuestión de grandes. Ayer, la American Heart Association (AHA) publicó en su órgano oficial -la prestigiosa revista Circulation- las "Nuevas guías para la prevención primaria de enfermedad cardiovascular y ataque cerebral: actualización 2002" en las que recomienda a los médicos controlar los factores de riesgo en forma rutinaria a partir de los 20 años. Agrega, además, que los especialistas deben calcular en los pacientes mayores de 40 años las probabilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular en los próximos diez, y realizar el mismo procedimiento con todos aquellos que presenten factores de riesgo como el tabaquismo, la hipertensión, la hipercolesterolemia o la diabetes.
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Se trata de una noticia que, según los expertos, deberá cobrar relevancia en el mundo entero y también en la Argentina, donde la enfermedad cardiovascular constituye la primera causa de fallecimiento. En esta categoría se incluyen la insuficiencia cardíaca (30% de las muertes), accidente cerebrovascular (23%) e infarto (17%).

Para el doctor Thomas Pearson, director del panel que redactó las nuevas guías, "es imperativo prevenir un primer episodio coronario o un stroke porque muchos de los primeros son mortales o discapacitantes".

Detección temprana

El Risk Factor Screening (Pesquisa de Factores de Riesgo), contenido en las guías, incluye el control cada dos años de la presión arterial, el índice de masa corporal, la circunferencia abdominal (los dos últimos relacionados con el grado de obesidad) y el pulso, mientras que recomienda la medición del colesterol y la glucosa cada cinco años, iniciando todos los controles a los 20.

En números concretos, los niveles de presión arterial deben mantenerse por debajo de los 140/90 mmHg (milímetros de mercurio), no superar los 130/85 en pacientes con problemas renales o insuficiencia cardíaca, y ser menores a 130/80 en las personas con diabetes. Los niveles de glucosa deben ser menores a 110 mg/dl y los de colesterol acomodarse a los riesgos individuales.

Por otra parte, las guías describen la Global Risk Estimation (Estimación Global de Riesgo), que combina la información de todos los factores de riesgo para determinar el porcentaje de posibilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular en los 10 años siguientes. "Muchas áreas de bajo riesgo pueden ser más importantes que una sola de alto riesgo - advierte la AHA-. La Estimación se recomienda cada cada cinco años en mayores de 40 y en pacientes de riesgo."

Para el doctor Alvaro Sosa Liprandi, presidente de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), "el punto fundamental es el de la Estimación del Riesgo Global. Significa aproximarse al individuo en función de diversos factores y no de su historia de enfermedad, ya que se trata de una persona aparentemente sana. Lo mejor es actuar en salud, para preservarla".

Agregó el especialista que el riesgo se estratifica de acuerdo con la presencia de diversos factores: "Si un joven tiene alto el colesterol, pero además fuma y es hipertenso habrá que controlarlo con mayor precisión que a otro joven que únicamente presenta, por ejemplo, hipercolesterolemia".

El concepto de prevención primaria se aplica a las personas que no han sufrido una enfermedad cardiovascular, mientras que el concepto de prevención secundaria implica actuar cuando el individuo ya ha padecido un evento cardíaco o cerebrovascular.

"Lo que dice la American Heart Association es que muchas de las personas que no han sufrido la enfermedad pueden, sin embargo, incluirse en una categoría de alto riesgo de padecerla. Si evaluamos hoy que un individuo supera el 10% de las probabilidades de sufrir un evento coronario en los próximos diez años, tenemos que actuar ahora", explicó.

Porque si bien "la estimación recomendada en forma periódica es más fuerte a partir de los 40, la estratificación precoz de los factores de riesgo ayuda a prevenir un primer ataque. Si a los 20 años un individuo está totalmente sano, los nuevos controles no serán tan periódicos. Pero si presenta factores de riesgo solos o combinados, el médico puede evaluar la periodicidad de esos controles", afirmó Sosa Liprandi, que dirige el Departamento Cardiovascular del Sanatorio Mitre.

Aspirina y prevención

Dos puntos destacados de las nuevas guías incluyen la recomendación de aspirina en bajas dosis en los pacientes con un riesgo superior al 10% de sufrir un evento cardiovascular en los próximos diez años, y el empleo de drogas anticoagulantes para reducir el riesgo de stroke en pacientes con fibrilación auricular (alteración del ritmo cardíaco que propicia el desplazamiento de coágulos sanguíneos desde el corazón hacia el cerebro).

"Hasta ahora, estaba bien aceptado el uso de la aspirina en prevención secundaria, pero la publicación indica tenerla en cuenta en prevención primaria", dijo el cardiólogo argentino.

Según Pearson, "la aspirina puede causar hemorragia gastrointestinal o incrementar el riesgo de stroke hemorrágico, pero si una persona tiene ese riesgo aumentado a diez años de sufrir una enfermedad, los beneficios superan las contraindicaciones".

En los últimos años, la mortalidad por enfermedad cardiovascular disminuyó debido a que existen mejores tratamientos, pero el número de personas que la sufren se incrementó notablemente. Esto señala, según el presidente de la SAC, "que tenemos mucho por hacer en el campo de la prevención".