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Prueba de dorsiflexión y eversion para el diagnostico del sindrome del tunel del tarso

De acuerdo a los autores al diagnóstico clínico del síndrome del túnel tarsiano le falta objetividad y constancia.

Autor/a: Dr. Kinoshita M, Okuda R, Morikawa J, Jotoku T, Abe M.

Fuente: J Bone Joint Surg Am 2001 Dec;83-A(12):1835-9

Antecedentes:

Hemos concebido una nueva prueba diagnóstica de examen físico mediante la cual se comprime al nervio tibial en su trayecto por debajo del flexor retinaculum, detrás del maléolo medial. En esta prueba, el tobillo se coloca pasivamente en posición de eversión máxima y dorsiflexión, mientras todas las articulaciones metatarsofalángicas se colocan en dorsiflexión  máxima y se sostienen en esta posición durante cinco a diez segundos.    

Métodos:

Realizamos esta prueba en cincuenta voluntarios normales (100 pies) y treinta y siete pacientes (44 pies), quienes habían sido tratados operatoreiamente por síndrome del túnel tarsiano entre 1987 y 1997. Realizamos la maniobra pre y posoperatoriamente, registramos cualquier cambio consiguiente en los signos y síntomas y, durante la operación, observamos las relaciones anatómicas alteradas en el túnel del tarso que fueron producidas por la maniobra. La duración promedio del seguimiernto fue de tres años y once meses.

Resultados:

Antes de la operación, los signos y síntomas del síndrome del túnel tarsiano se intensificaron o indujeron debido a la maniobra en quince de los veinte pies de los pacientes que reportaron adormecimiento, en quince de los diecisiete pies que solo reportaron dolor, y en seis de los siete que tuvieron adormacimiento y dolor. La sensibilidad local aumentó en cuarenta y dos de cuarenta y tres pies, y se indujo en un pie que anteriormente no la había presentado. El signo de Tinel se volvió mas pronunciado en cuarenta y un pies, y el signo se indujo en tres pies que anteriormente no lo habían presentado. Durante la operación, se comprimió y estiró el nervio por debajo del ligamento lacinado cuando el tobillo estaba en dorsiflexión, el talón en eversión y los dedos en dorsiflexión máxiama. Los signos y síntomas preoperatorios desaparecieron en un promedio de 2,9 meses después de la operación y no pudieron inducirse al repetir la prueba excepto en tres pacientes, los cuales tuvieron el síndrome del túnel tarsiano subsecuente a una fractura calcánea. En los voluntarios normales, ningún signo o síntoma pudo inducirse mediante la prueba.

Conclusión:

Esta nueva prueba de axamen físico es eficaz para facilitar el diagnóstico del síndrome del túnel del tarso.