En términos generales, las concentraciones de colesterol se pueden modificar por la composición de la grasa que se ingiere, aunque la respuesta es individual y extraordinariamente variable. En esta variabilidad influyen, entre otros, los siguientes factores: cumplimiento del tratamiento dietético, cambio de peso corporal durante el período de evaluación, composición de la dieta, ciertas mutaciones genéticas y consumo de tabaco.
Las personas con mayores valores basales de colesterol en sangre tienen una mayor respuesta a los cambios dietéticos, tanto los varones como las mujeres posmenopáusicas con hipercolesterolemia moderada, según se ha demostrado en varias investigaciones. En el nuevo estudio, se evaluó la influencia de las dietas hipolipemiantes sobre el colesterol LDL en varones hipercolesterolémicos.
Los resultados revelan que la sustitución isocalórica de la grasa saturada en la alimentación por grasa monoinsaturada o hidratos de carbono reduce las cifras de colesterol LDL. El descenso es mayor cuanto más elevada es la concentración basal, aunque el porcentaje de casos en que se logra normalizar los valores de colesterol sólo es del 17%.
De todos modos, si se aplican los criterios actuales de la Sociedad Española de Arteriosclerosis, una proporción de varones con hipercolesterolemia alcanzan cifras de colesterol LDL suficientemente bajas como para evitar la necesidad de recibir tratamiento farmacológico en prevención primaria de enfermedad coronaria, por lo que la dieta hipolipemiante debe seguir siendo la medida inicial en el tratamiento de esta enfermedad, a juicio de los autores.
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