Ya 460 años antes de la era cristiana, Hipócrates hablaba de la gravedad de las com-plicaciones secundarias a infecciones óticas al advertir que "...tenemos que prestar a-tención al dolor agudo de oído acompañado de fiebre porque el enfermo puede caer en delirio y morir en corto tiempo" .
Si bien para él la otitis no era el foco primario, hoy día se sabe que aunque la dispo-nibilidad antibiótica ha disminuido enormemente las complicaciones de las infecciones óticas, éstas existen y su pronóstico es delicado.
Las complicaciones de la otitis media pueden clasificarse en dos grandes grupos: las otológicas y las intracraneales.
Dentro de las complicaciones otológicas se encuentra junto a la mastoiditis -que es el objetivo de este trabajo-, la petrositis, la laberintitis y la parálisis facial.
Las complicaciones intracraneales incluyen el absceso extradural, la tromboflebitis del seno sigmoideo, el absceso subdural, la meningitis, el absceso encefálico y la hi-drocefalia otítica.
La cercanía anatómica tanto "geográfica" como de drenaje venoso y linfático permite que estas complicaciones, si bien tienen características clínicas y terapéuticas pro-pias, puedan coexistir entre sí, siendo las unas el punto de partida o la evolución a par-tir de las otras.
Es el objetivo de este trabajo presentar una patología ótica que si bien no es actualmente muy importante por su frecuencia, sí lo es por su alta morbilidad, y por ser potencialmente fatal aún en la era antibiótica.
* La Dra. Maria V. Globokar es Jefa de Residentes Servicio de O.R.L. del H.I.G.A. Evita de Lanus, Bs.As., Argentina.