Los autores explican que la menopausia viene acompañada de una serie de manifestaciones entre las que se incluyen la depresión, la irritabilidad y el aumento del peso corporal. Aun así, es difícil distinguir entre los cambios secundarios debidos a la menopausia y los del envejecimiento, escriben.

En la etapa del envejecimiento se observa, en cierta medida, una relativa tendencia a aumentar de peso. En España esta tendencia es más acusada en el colectivo femenino que en el masculino. La prevalencia de la obesidad estimada en la población de 35 a 44 años es comparable entre ambos sexos; sin embargo, a partir de los 45 años esta prevalencia aumenta considerablemente en la población femenina (25,9%), con un incremento relativamente menor en la masculina (16,62%).

En la actualidad no se conocen los factores que determinan la obesidad relacionada con la menopausia. Es evidente que, por los datos disponibles, la acumulación de grasa es multifactorial, y dependiendo de qué variables actúen, pueden establecerse distintos tipos de obesidad. El objetivo del presente estudio fue determinar el tipo en un grupo de mujeres obesas, según se encontraran en la etapa pre o posmenopáusica.

Los resultados revelan que existen diferencias en cuanto al tipo de obesidad. En conjunto, las obesas premenopáusicas tienen una obesidad ginecoide, "subcutánea", y en su hábito alimentario hay una proporción mayor de grasas saturadas; mientras que la obesidad de las posmenopáusicas es androide, "visceral", con un colesterol total más elevado y un grado de actividad física menor respecto a las premenopáusicas.

De todo ello se puede concluir que el tipo de tratamiento de la obesidad debería ser distinto según la etapa "hormonal" en que se encuentre la mujer obesa, con atención especial a los aspectos dietéticos en la premenopáusica y aumento del gasto energético mediante una mayor actividad en la posmenopáusica.

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