Por el contrario, más bien parece ejercer un efecto protector en este grupo de mujeres. El fármaco fue diseñado para el tratamiento de la osteoporosis y actúa aumentando la densidad mineral ósea, dado que imita los efectos del estrógeno. En los estudios ha mostrado que puede disminuir los niveles de colesterol LDL y otros factores de riesgo cardiovascular, pero no se había estudiado si esos beneficios potenciales se traducen en una reducción real del riesgo cardíaco en las mujeres que toman el fármaco.
Los autores del nuevo estudio examinaron datos de una investigación previa realizada con raloxifeno, cuyo objetivo era comprobar si reducía el riesgo de fracturas osteoporóticas y de cáncer de mama. Aquel estudio, que comparó el fármaco a placebo, incluyó a 7.705 mujeres posmenopáusicas.
Los resultados, tras cuatro años de tratamiento, muestran que el raloxifeno no afectó al riesgo de infarto de miocardio, angina inestable e ictus, ni siquiera durante el primer año de estudio como se ha visto con otros tratamientos.
Los autores añaden que en relación con el cáncer de mama y la enfermedad cardiovascular, el raloxifeno no sólo muestra ser un fármaco seguro, sino que incluso parece ejercer un efecto protector.