Antecedentes:
La hiperglucemia y la resistencia a la insulina son frecuentes en los pacientes críticamente enfermos, aún cuando los mismos no padecían de diabetes previamente. Aún no se conoce si la normalización de los niveles sanguíneos de glucosa a través de una terapia con insulina produce mejorías en el pronóstico de estos pacientes.
Métodos:
Realizamos un estudio controlado, randomizado y prospectivo que involucró a adultos admitidos en nuestra unidad quirúrgica de cuidados intensivos que recibían ventilación mecánica. En el momento de la admisión, los pacientes fueron asignados de manera randomizada para recibir una terapia intensiva con insulina (mantenimiento de la glucosa sanguínea a niveles entre 80 y 110 mg por decilitro) o un tratamiento convencional (infusión de insulina sola si el nivel sanguíneo de glucosa excedía los 215 mg por decilitro y mantenimiento de la glucosa a niveles entre 180 y 200 mg por decilitro).
Resultados :
Durante el estudio fueron admitidos un total de 1.548 pacientes. A los 12 meses, la terapia intensiva con insulina redujo la mortalidad durante el cuidado intensivo desde el 8.0% hasta el 4.6% con el tratamiento convencional (P<0.04, con el ajuste para los análisis secuenciales). El beneficio de la terapia intensiva con insulina fue atribuido a los efectos que tiene sobre la mortalidad en pacientes que permanecieron en la unidad de cuidado intensivo durante más de 5 días (20.2% con tratamiento convencional, comparado con el 10.6% con la terapia intensiva con insulina; P=0.005). La reducción más importante en la mortalidad involucró aquellas muertes que eran causadas por una falla orgánica múltiple con un foco séptico confirmado. Además, la terapia intensiva con insulina redujo el 34% la mortalidad global intrahospitalaria, el 46% las infecciones de la corriente sanguínea, el 41% la falla renal aguda que requiere diálisis o hemofiltración, el 50% del número promedio de las transfusiones de glóbulos rojos y el 44% la polineuropatía por enfermedad crítica. Los pacientes que recibieron una terapia intensiva tuvieron menos probabilidades de requerir ventilación mecánica prolongada y cuidado intensivo.
Conclusiones:
La terapia intensiva con insulina para mantener la glucosa sanguínea a un nivel de 110 mg por decilitro o menor, reduce la morbilidad y la mortalidad entre los pacientes críticos dentro de la unidad quirúrgica de cuidado intensivo.