Patología prepucial

¿Cuál debe ser la conducta del pediatra para la prevención de la fimosis?

Debemos conocer que más de la mitad de los recién nacidos del sexo masculino, presentan una desproporción fisiológica entre la abertura del orificio prepucial y el diámetro del glande y que esta desproporción, desaparece en la mayoría de los casos entre los 18 meses y los dos años de edad.

Autor/a: Dr. Daniel Doudtchitzky

Si no tenemos en cuenta lo anterior e intentamos en forma desaprensiva, rebatir el prepucio con maniobras cruentas, podemos producir una  "parafimosis" (estrangulamiento del glande por el prepucio fimótico rebatido) y/o una fimosis cicatrizal por las micro efracciones de la piel y la mucosa prepucial en el intento de solucionar el problema.

En el caso de la parafimosis, la resolución consiste en la reducción urgente de la misma, y en el caso de la fimosis cicatrizal, todas tendrán una resolución quirúrgica en el futuro por ser causa de fimosis puntiformes con anillo esclerótico.

Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, con el sólo hecho de aconsejar a los padres de los recién nacidos varones, que en caso de no presentar síntomas, no se deben efectuar maniobras manuales con los prepucios de los niños, evitaríamos un gran número de complicaciones que derivan en fimosis cicatrizales de resolución quirúrgica.

Un gran número de niños presentan importantes traumas derivados de las maniobras cruentas e intempestivas hacia su prepucio (niños que no permiten efectuar  mínimas semiológicas.
   
El pediatra, en los niños asintomáticos, no debe indicar ni efectuar maniobras de retracción del prepucio (en los casos de fimosis fisiológica), antes de los 18 meses.

Recién a partir de esa edad, debe proceder a la inspección del mismo y en los casos en que no puede rebatirse sin dificultad, debe indicar la interconsulta con cirugía infantil, para efectuar el diagnóstico diferencial entre adherencias balano-prepuciales (resolución manual, ambulatoria con anestésicos tópicos locales) y fimosis vera (resolución quirúrgica, en centro asistencial, con anestesia general).

Los signos y síntomas que podrían hacer necesaria una interconsulta más precoz, serían: la disuria y  la micción en dos tiempos (por rebasamiento, con globo prepucial). También la infección urinaria recidivante con gérmenes específicos de la balanopostitis, y la balanopostitis. La presencia de quistes blanquecinos entre las adherencias balano-prepuciales, es normal, y no cambia el tratamiento y pronóstico.

* El Dr. Daniel Doudtchitzky es especialista en Cirugía Infantil