La satisfacción  y el éxito logrado en pacientes que fueron sometidos a un implante coclear dependen, principalmente, del rendimiento del programa de tratamiento del habla. El programa es generado por medio de un umbral determinado de manera conductista y por los niveles de confort determinados para cada electrodo.

Dado que la edad mínima necesaria para la aplicación del implante es cada vez menor, los métodos conductistas de medición de los niveles de confort se han vuelto problemáticos; es indispensable hallar caminos objetivos para programar los procesos del habla. 

Recientemente, un grupo de investigadores irlandeses evaluaron el uso de los reflejos estapediales provocados eléctricamente (ESRs) para medir los niveles de confort en los niños. Durante el estudio, los investigadores compararon estos resultados con las mediciones conductistas y reportaron los resultados obtenidos a partir un cuestionario que evaluaba la aceptación  y el desempeño general del programa antes y después de la adaptación para los niveles de confort medidos por ESRs.

De acuerdo a los resultados obtenidos, la programación con la técnica por ESR fue completada de manera exitosa en 20 de una muestra total de 26 niños consecutivos, que habían sido sometidos a una programación de sus implantes cocleares. Las unidades de programación fueron medidas a partir de 2 técnicas y un cuestionario de puntaje numérico.
 
De acuerdo a los resultados obtenidos, los niveles de confort para el método por ESR fueron regularmente más bajos que aquellos obtenidos a través de técnicas conductistas. Los niños que utilizaban los programas por ESRs utilizaron sus implantes por más tiempo y presentaron menores episodios de malestar provocados por los sonidos del medio ambiente.

Los investigadores sostienen que la estimación del nivel de confort por ESRs es confiable y objetiva al tiempo que constituye una valiosa herramienta de programación en la población pediátrica.