La obesidad y la división disfuncional de energía pueden conducir al desarrollo de la resistencia a la insulina y de la diabetes tipo 2. Los tiocolidinediones antidiabéticos desplazan el balance energético hacia el almacenamiento, lo que conduce a un incremento de la adiposidad en todo el cuerpo. Estos estudios examinan los efectos del pioglitazone (Pio) sobre la fisiología, la acumulación y la distribución del tejido adiposo en ratas Zucker (falfa) femeninas. El tratamiento con Pio (por más de 28 días) reduce la resistencia a la insulina y los estados hiperlipidémicos, al tiempo que incrementa el consumo de alimentos y la adiposidad en todo el cuerpo.
El análisis de las imágenes de resonancia magnética (MRI) y los pesos de las almohadillas de grasa demostraron que el incremento en la adiposidad no estuvo sólo limitado a los depósitos principales de grasa sino que también incluyó la acumulación de grasas en todas las partes del cuerpo. Los perfiles del tamaño del adiposito, la histología de la almohadilla de grasa y el contenido de ADN evidencian que el tratamiento con Pio incrementó el número de adipositos pequeños debido tanto a la aparición de nuevos adipositos como a la disminución y/o desaparición de los adipositos maduros existentes.
El remodelado fue dependiente del tiempo con la aparición de nuevos adipositos pequeños en grupo en todas las almohadillas de grasa y estuvo acompañado por un incremento de 3 a 4 pliegues en la actividad de sintasa de citrato y de sintasa del ácido graso.
La aparición de nuevas células grasas y el incremento en la masa grasa fueron de depósito específico, con un orden de rango de la sensibilidad ovárica > retroperitoneal > subcutánea. Este efecto de depósito provocó una redistribución de la masa grasa en la región abdominal tanto como un incremento en la visceral: tasa subcutánea, como fue confirmado por el análisis por MRI. Aún cuando la adiposidad incrementada es contradictoria con una mejoría en la sensibilidad a la insulina, el incremento cuantitativo de la masa adiposa debería ser visto en el contexto de los cambios cualitativos en el tejido adiposo, incluyendo el remodelado de adipositos a un tamaño más pequeño, con mayor potencial de almacenamiento lipídico. Este cambio en el balance de energía probablemente provoque menores niveles de ácido graso circulante libre y mejore finalmente la sensibilidad a la insulina y el estado metabólico.