La incidencia de disfagia en pacientes con ACV agudo llega al 50%, y es un trastorno que afecta la nutrición y la hidratación del paciente y provoca complicaciones severas, como neumonía por aspiración y deshidratación. Los autores relatan que ya ha sido demostrado que la disfagia es un factor independiente de mortalidad y de desarrollo de infección torácica en pacientes que han sufrido ACV. Para evitar la neumonía y permitir una dieta entera, dicen, en los pacientes con disfagia se debe emplazar una SNG.
Los autores afirman que de acuerdo con su experiencia, la colocación de una SNG en pacientes con ACV es difícil debido a la falta de cooperación por diversos motivos (inconsciencia, afasia, incoordinación lingula, apraxia bucofacial). Por este motivo desarrollaron un método sencillo utilizando el reflejo deglutorio inducido.
Los autores utilizan una sonda delgada de alimentación infantil de 4 vías la cual se coloca por una narina. La punta del catéter se coloca a 11 a 13 cm de la orofaringe. Por la otra narina se ubica la SNG, en la misma posición. El reflejo deglutorio se induce mediante una inyección en bolo de 0,5 mL de agua destilada a través del catéter delgado y, en caso de no resultar, otra inyección de 1 a 1 mL. Al comenzar la deglución, la cual se identifica por observación visual por el movimiento característico de la laringe, la introduce con suavidad la SNG.
Los autores utilizaron este método durante 4 meses en la sala de ACV. La severidad del ACV fue evaluada mediante la escala de ACV de National Institutes of Health. La deglución se evaluó con una prueba de deglución con 50 mL de agua. Si durante la prueba o 1 minuto después se producía tos, o cambios en la voz se consideraba anormal.
Los pacientes fueron divididos en 2 grupos, el grupo de estudio, en el que se incluyeron los pacientes en los que había fracasado la colocación tradicional por personal de enfermería o médido entrenado y un grupo control, en el que se utilizó el método convencional. Antes de aplicar el nuevo método se hicieron 4 intentos recurriendo a medidas facilitadoras como usar sondas más rígidas por refrigeración o inclinandio al paciente cabeza abajo.
De este modo se seleccionaron 9 de 51 pacientes (17,6%). Si bien no había diferencias significativas en edad y severidad del ACV, los pacientes del grupo de estudio eran algo mayores y estaban más severamente afectados. Clínicamente, 6 pacientes tenían afaisa severa y apraxia bucofacial. Cinco pacientes tenían disminución de la atención. En 7 pacientes se alcanzaron 20 emplazamientos de la SNG.
En estos pacientes, el uso del método convencional en forma repetida dio como resultado su introducción en la tráquea o su enrollamiento en la boca. Mediante el uso del reflejo deglutorio la SNG fue emplazada con éxito en el primer o segundo intento en 19 de 20 colocaciones. La única falla ocurrió en un paciente con infarto de la arteria cerebral media izquierda en el cual no pudo provocarse el reflejo deglutorio.
No hubo complicaciones importantes o distrés respiratorio. El procedimiento fue bien tolerado en todos los pacientes.