Bioterrorismo

Estados Unidos se lanza a frenar el ántrax

La amenaza del ántrax en EEUU ha disparado la búsqueda de remedios contra esta peligrosa bacteria, de la que se han detectado 13 casos, pero hay miles de denuncias que se investigan.

El recién nombrado responsable de la Oficina de Seguridad del Territorio Nacional, Tom Ridge, ha declarado que frenar la amenaza del bioterrorismo es, ahora, "la prioridad número uno".

Desde el pasado día 5 de octubre, en que se detectó el primer caso de ántrax, en Florida, se ha demostrado que 13 personas han desarrollado la enfermedad, llamada carbunco, o han estado en contacto con las esporas del ántrax, lo que les pone en riesgo de desarrollarla.

Los casos se han producido en un edificio de medios de comunicación de Boca Ratón, en Florida, en las oficinas de Nueva York de la cadena de televisión NBC y en las oficinas en el Senado, en Washington, del líder de la mayoría demócrata, Tom Daschle. Un cuarto envío a las oficinas de una filial de Microsoft en Reno, Nevada, ha resultado no contener bacterias o toxinas.

El secretario de Salud de EEUU, Tommy Thompson, ha anunciado que
se triplicarán las reservas de medicamentos para tratar un ataque
masivo con ántrax, especialmente el fármaco denominado Cipro, que se
considera el más eficaz para tratar infecciones bacterianas. 

Investigadores de la Universidad de Ohio han informado que están desarrollando una vacuna que podría ser totalmente eficaz en seres humanos, aunque por ahora sólo ha sido probada en animales, aunque con resultados esperanzadores. La vacuna utiliza fragmentos del material genético del bacilo
(Bacillus anthracis), en combinación con ADN de otros microorganismos, lo que podría convertirla en un remedio preventivo contra cualquier ataque de terrorismo biológico.

En la actualidad existe una vacuna, pero su eficacia se limita a algunas variedades de ántrax, especialmente el de tipo cutáneo.
   
Un científico ruso, experto en armas bacteriológicas, dijo hoy que
el ántrax enviado en sobres de correo puede ser neutralizado mediante el simple procedimiento de planchar las cartas en contacto con una manta húmeda. También ha propuesto someterlos a un bombardeo
con rayos gamma.

Las autoridades estadounidenses comienzan a encontrar puntos de
conexión entre algunos de los envíos que contenían ántrax, pero
ninguno de ellos ha servido aún para confirmar la relación de este
tipo de terrorismo con la organización Al Qaeda de Osama Bin Laden,
a la que se atribuyen los atentados del 11 de setiembre.