Un estudio llevado a cabo por investigadores canadienses determinó la asociación entre la inhibición de la recaptación de serotonina provocada por los antidepresivos y la hemorragia  gastrointestinal superior. Los investigadores desarrollaron un estudio de cohorte retrospetivo basado en la población en Ontario, Canadá, para cuantificar los ingresos hospitalarios de pacientes con sangrado gastrointestinal superior agudo.

Durante la investigación participaron 317.824 personas ancianas. Los pacientes comenzaron a tomar un antidepresivo entre el año 1992 y el año 1998 y fueron agrupados posteriormente de acuerdo al grado de inhibición de la recaptación de serotonina proporcionado por la droga administrada. Los pacientes fueron observados hasta que suspendieron el consumo de la droga, padecieron una hemorragia gastrointestinal superior, fallecieron o finalizó el estudio.

De acuerdo a los resultados obtenidos por la investigacióm, fueron observadas un total de 974 hemorragias con un índice de hemorragia total de 7.3 cada 1.000 personas por año. Después de realizar los controles por edad y hemorragia gastrointestinal previa, el riesgo de hemorragia aumentó significativamente un 10.7% y un 9.8%, respectivamente, junto con un incremento en la inhibición de la recaptación de serotonina. Las diferencias absolutas en la hemorragia entre los grupos tratados con antidepresivos fueron mayores para los octogenarios (baja inhibición de la recaptación de serotonina, 10.6 sangrados/1.000 personas por año frente a una alta inhibición de la recaptación de serotonina, 14.7 sangrados/1.000 personas por año; número requerido para las lesiones, 244) y para aquellos con hemorragia gastrointestinal superior previa (baja, 28.6 sangrados/1.000 personas por año frente a alta, 40.3 sangrados/ 1.000 personas por año; número requerido para las lesiones, 85).

Los investigadores concluyeron que una vez que la edad y la hemorragia gastrointestinal superior previa fueron controladas, los antidepresivos con alta inhibición de la recaptación de serotonina incrementaron el riesgo de una hemorragia gastrointestinal superior. Estos incrementos son clínicamente importantes para los pacientes ancianos y para aquellos con hemorragia gastrointestinal previa.