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Asociación entre el consumo de aspirina y la mortalidad en pacientes ancianos con enfermedad coronaria

Según recientes investigaciones, el uso de la aspirina en pacientes sometidos a una ecocardiografía por estrés estaría independientemente asociado con una mortalidad reducida a largo plazo, particularmente en aquellos pacientes que padecen una enfermedad de la arteria coronaria confirmada y un deterioro de la capacidad de realizar actividades físicas.

Si bien se conoce que la aspirina reduce la mortalidad cardiovascular y la mortalidad a corto plazo posterior a infarto agudo de miocardio, aún no se ha podido definir la asociación entre su uso y la mortalidad por cualquier causa. 

A partir de un estudio realizado en la Fundación Clínica de Cleveland, Ohio (EE.UU.), los investigadores analizaron si la aspirina se encuentra asociada con un beneficio en la mortalidad en pacientes estables con sospecha o certeza de enfermedad coronaria; asimismo, se intentó identificar las características de los pacientes que pueden ser predictivas de la mortalidad absoluta máxima provocada por la aspirina. 

Los investigadores condujeron un estudio observacional de cohorte prospectivo y no randomizado entre el año 1990 y el año 1998 en una institución médica académica con un período medio de seguimiento de 3.1 años, para determinar la mortalidad por cualquier causa relacionada con el uso de la aspirina.  

De 6.174 adultos consecutivos que fueron sometidos a una ecocardiografía por estrés para  su evaluación por sospecha o certeza de enfermedad coronaria, un total de 2.310 (37%) consumían aspirinas. Fueron excluidos del estudio aquellos pacientes con enfermedad valvular significativa o con contraindicaciones documentadas para el consumo de aspirinas, incluyendo enfermedad por úlcera péptica, insuficiencia renal y uso de drogas antiinflamatorias no esteroides.

Durante el período medio de seguimiento de 3.1 años, un total de 276 pacientes (4.5%) murieron. A partir de un análisis simple univariado, no se observó una asociación entre el uso de aspirina y la mortalidad (4.5% vs 4.5%). Sin embargo, el consumo  de la aspirina estuvo asociado con una reducción en la mortalidad  (tasa de probabilidad [HR], 0.67; 95% CI, 0.51-0.87; P = .002) después de los ajustes por edad, sexo, factores de riesgo cardiovascular, uso de otras medicaciones, antecedentes de enfermedad coronaria, fracción de eyección, recuperación de la frecuencia cardíaca e isquemia ecocardiográfica. En otros análisis que utilizaron la compatibilidad a través de un puntaje de propensión, 1.351 pacientes que consumían aspirina presentaron un riesgo más bajo de muerte que los 1.351 pacientes que no consumían aspirina (4% frente a 8%, respectivamente; HR, 0.53 ; 95% CI, 0.38-0.74; P = .002). 

Luego de los ajustes para la propensión por el uso de la aspirina, tanto como para otras interacciones posibles, el uso de la misma permaneció asociado con un riesgo más bajo de muerte (HR ajustado, 0.56; 95% CI, 0.40-0.78; P<.001). Finalmente, las características del paciente que estuvieron asociadas con la mayor cantidad de reducciones en la mortalidad relacionadas con la aspirina fueron:  el pertenecer a una franja etaria elevada, la certeza de enfermedad de la arteria coronaria y la capacidad deteriorada para realizar ejercicios físicos.

A partir de los datos obtenidos, los investigadores creen que el uso de la aspirina en pacientes sometidos a una ecocardiografía por estrés estuvo independientemente asociado con una mortalidad reducida a largo plazo, particularmente en los pacientes mayores con enfermedad de la arteria coronaria confirmada y deterioro de la capacidad de realizar actividad física.