Nuevas formas de prevención en adolescentes y niños

Profilaxis en la postexposición al Virus de Inmunodeficiencia Humana en adolescentes y niños

A partir de una publicación reciente, un grupo de investigadores norteamericanos ha proporcionado una discusión de los datos disponibles acerca de la transmisión del virus de inmuniodeficiencia humana (HIV) y la profilaxis en la postexposición al HIV en pediatría.

Actualmente, los niños y adolescentes se encuentran en alto riesgo de padecer una infección por el virus de inmunodeficiencia humana (HIV). La transmisión ocurre durante la exposición perinatal, el consumo de drogas inyectables, el sexo deseado y no deseado, lesiones con objetos filosos y punción por agujas, como a través de algunos otros contactos poco comunes. Los jóvenes con parejas que mantienen relaciones sexuales de alto riesgo se encuentran especialmente amenazados.

La mitad de las 5.3 millones de nuevas infecciones estimadas por HIV ocurren en adolescentes y adultos jóvenes con una edad entre 15 y 24 años. De los 20.000 nuevos casos conocidos de adultos y jóvenes en los Estados Unidos, el 25% tiene entre 13 y 21 años de edad. Se cree que más de 1.4 millones de niños en el mundo (de 15 años de edad y más jóvenes) están actualmente infectados y que más de 1.640 nuevos casos son diagnosticados diariamente. De las 432.000 personas que conviven con el HIV o que han adquirido el virus de inmunodeficiencia humana (SIDA) en los Estados Unidos, 5.575 son niños menores de 13 años.

La profilaxis en la postexposición (PEP) al HIV es una forma secundaria de prevención del HIV que puede reducir la incidencia de las infecciones ocasionadas por el mismo. La PEP al HIV se entiende habitualmente de dos formas: ocupacional y no ocupacional. 

La PEP al HIV ocupacional es una forma aceptada de terapia para los trabajadores del cuidado de la salud expuestos al HIV en función de su trabajo. Un estudio acerca de los trabajadores del cuidado de la salud concluyó que la PEP al HIV puede ser eficaz. Actualmente existe en los Estados Unidos una normativa nacional bien establecida acerca de la PEP al HIV ocupacional para esta población en riesgo.

La PEP al HIV no ocupacional incluye todas las otras formas de la PEP al HIV, como aquella que se brinda luego de un ataque sexual o sexo deseado, consumo de drogas inyectables y lesiones con objetos cortantes y punción por agujas en personas que no participan del proceso del cuidado de la salud. La PEP pediátrica del HIV es típicamente un tipo no ocupacional.

La eficacia de la PEP al HIV no ocupacional aún es desconocida. La presunta eficacia está basada en una colección de datos recabados de animales y humanos que involucra la exposición al HIV ocupacional, perinatal y no ocupacional. En contraste con la PEP al HIV ocupacional, no existen normativas nacionales en los Estados Unidos para la PEP al HIV no ocupacional y sólo algunas recomendaciones están disponibles para que puedan ser utilizadas en adolescentes y niños. Teniendo en cuenta esta ausencia, existe una evidencia alentadora que apoya el valor de la PEP al HIV en todas sus formas en el ámbito pediátrico. 

A pesar de que aún no ha sido comprobado, el supuesto mecanismo de la PEP al HIV que proviene del trabajo realizado con animales y humanos, sugiere que poco después de la exposición al HIV existe un período de ventana durante el cual la carga viral es lo suficientemente pequeña para ser controlada a través del sistema inmune del organismo. Los medicamentos antirretrovirales que son administrados durante este período pueden ayudar a disminuir o a detener la replicación viral, reduciendo la vacuna virósica a un objetivo potencialmente más manejable para las defensas del huésped.

La PEP al HIV es una práctica aceptada en el momento perinatal y para los trabajadores del cuidado de la salud con lesiones ocupacionales. La literatura médica existente apoya la prescripción de la PEP al HIV luego de una punción por agujas o lesiones con objetos cortantes y luego de un ataque sexual de fuentes que se sabe o se sospecha pueden estar infectadas por HIV. La PEP al HIV luego de una relación sexual deseada sin barreras protección en parejas HIV sero-antagonistas ha crecido en la población adulta y puede ser probablemente utilizada en niños y adolescentes.

Existe una experiencia y apoyo poco documentados de la PEP al HIV luego de una relación sexual deseada sin barreras de protección en parejas con un estado deconocido de HIV, luego de episodios múltiples o prolongados de abuso sexual de un agresor con un estado desconocido de HIV, luego de mordidas y de compartir productos de higiene personal o luego de la exposición a heridas de individuos infectados por HIV. No existen normativas formales de la PEP al HIV para adolescentes y niños, aunque algunos grupos han evaluado su aplicación en pediatría y han realizado algunos estudios preliminares.

Recientemente, un grupo de investigadores norteamericanos ha proporcionado una discusión de los datos disponibles acerca de la transmisión del HIV y la PEP al HIV en pediatría. Los investigadores han propuesto una nueva perspectiva de la PEP al HIV en niños y adolescentes. A través de este estudio han recomendado un régimen estratificado, basado en el trabajo de  Gerberding y Katz y otros autores, que intenta determinar el riesgo de seroinversión con un número apropiado de medicamentos, teniendo en cuenta los efectos adversos y la cantidad de información que está habitualmente disponible desde la presentación inicial del paciente. Cuando es posible, deben utilizarse dos regímenes diarios, lo cual puede mejorar el grado de aceptación y  cumplimiento a los mismos.

La PEP al HIV debe ser administrada dentro de la primer hora luego de la exposición. Los investigadores recomiendan fuertemente que los médicos entrenados para este tipo de terapias reevalúen las indicaciones de la PEP al HIV dentro de las 72 horas de su aplicación.

Los investigadores apoyan la doble diligencia para determinar el nivel de riesgo y que la idoneidad  de la selección de drogas se realice lo antes posible luego de que ha ocurrido la exposición. Cuando esta información no se encuentra disponible de inmediato, los investigadores recomiendan un tratamietno rápido utilizando el máximo nivel de cuidado seguido de una cuidadosa investigación y reconsideración durante el período de seguimiento o cuando sea posible.

La PEP al HIV puede iniciarse de manera provisional luego de una exposición y luego debe discontinuarse si se confirma que la fuente de la exposición no estaba infectada por HIV. En la mayoría de los casos, las consultas con expertos en el cuidado de paciantes con HIV puede realizarse luego de un cominezo rápido de la terapia. Los investigadores coinciden con otros autores que la PEP al HIV debe ser ofrecida en un ambiente terapéutico que aliente el acatamiento al régimen, que sea un soporte para el trauma físico y psicológico que frecuentemente está asociado con la exposición y/o que proporcione medidas intensivas para reducir exposiciones adicionales al HIV.    
 
Este estudio es un intento de repasar la experiencia recabada y las cuestiones científicas involucradas en la PEP al HIV en pediatría, así como ofrecer algún tipo de guía para que los profesionales de la salud puedan realizar mejores elecciones teniendo en cuenta su utilidad. Los investigadores apoyan fuertemente el monitoreo continuo y la investigación acerca de la estipulación de la PEP al HIV en todas sus formas para que pueda determinarse un uso apropiado de la misma.