Enfermedad renal crónica

Oportunidades para mejorar el cuidado de pacientes con insuficiencia renal crónica: patrones actuales de práctica.

La mayor adhesión a las prácticas conocidas que brindan beneficios clínicos para los pacientes que padecen enfermedad renal crónica, no sólo mejoraría los resultados de los pacientes sino que también podría reducir el costo del cuidado.

En los Estados unidos, existen entre 2 y 13 millones de personas que padecen enfermedad renal crónica (CKD). Recientes reportes sugieren que, actualmente, estas personas están recibiendo un tratamiento sub-óptimo. Para profundizar las investigaciones sobre este tema, un grupo de investigadores norteamericanos analizaron los patrones de práctica para el tratamiento de pacientes con CKD, que habían sido inscriptos en una importante organización de mantenimiento de la salud en Nueva México. Entre más de 200.000 pacientes, que habían sido inscriptos en la organización entre 1994 y 1997, los investigadores identificaron un cohorte de 1658 pacientes quienes exhibían al menos 2 concentraciones elevadas de creatinina (Cr) específicas por sexo, separadas por al menos 90 días. 

La proporción de pacientes con valores de Cr de <2.0, 2.0 a 2.9, 3.0 a 3.9, y ³ 4.0mg/dl fueron del 73, 17, 3, y 7% respectivamente.

La mayoría de los pacientes fueron tratados por un médico de cuidados primarios hasta que los valores de Cr alcanzaron 3.0mg/dl; recién en dicho momento fue consultado un nefrólogo. Una vez que Cr alcanzó 4.0mg/dl el cuidado del paciente fue transferido al nefrólogo. Solamente el 7.4% de los pacientes recibieron eritroproteína (EPO). El uso de EPO se incrementó junto al aumento de Cr. Improbablemente, EPO hubiera sido prescripto  si el paciente no hubiera visitado a un nefrólogo. Menos del 50% de todos los pacientes con CKD y menos del 20% de los pacientes con CKD con valores de Cr de ³4.0mg/dl recibieron un inhibidor de la enzima convertidora de angiotensina (ACEI). Los nefrólogos no fueron más proclives a prescribir ACEI que los médicos de cuidados primarios. Por su parte, los pacientes diabéticos tuvieron más probabilidades de recibir ACEI que los no-diabéticos, pero el uso de ACEI fue aún un poco más bajo entre los pacientes diabéticos con CKD.

El número promedio de hospitalizaciones por paciente al año aumentó junto con el incremento de Cr y fue dos veces más elevado para los pacientes con valores de Cr ³4.0gm/dl, comparado con aquellos con valores de Cr <2.0mg/dl. Sin embargo, las razones de las hospitalizaciones tuvieron mayor probabilidad de estar relacionadas con las comorbidades que con la propia CKD.

Los investigadores opinaron que existen muchas oportunidades para mejorar el cuidado de pacientes con CKD. Al mismo tiempo sugirieron que la mayor adhesión a las prácticas conocidas que brindan beneficios clínicos para los pacientes con CKD, no sólo mejoraría los resultados de los pacientes sino que también podría reducir el costo del cuidado.

Finalmente, el grupo investigador recomendó a los proveedores de salud, los políticos, y aquellos que pagan por los servicios observar a CKD como un problema importante de salud pública e iniciar programas innovadores para direccionar el crecimiento de la población que padece dicha enfermedad.