La marcada pérdida del volumen del hueso glenoideo o la alteración de la versión glenoidea puede afectar la fijación del componente glenoideo en pacientes que son sometidos a una artroplastía total de hombro. Recientemente, investigadores norteamericanos evaluaron los resultados a largo plazo asociados con el uso de injertos óseos para la restauración del volumen y la versión glenoidea en el momento de una artroplastía total de hombro.
Durante el estudio, 21 hombros recibieron un injerto óseo corticocanceloso de fijación interna para la restauración del hueso glenoideo periférico, en el momento de una artroplastía total de hombros, entre los años 1980 y 1989. El injerto fue indicado cuando el hueso glenoideo fue insuficiente para mantener la versión o la fijación de la prótesis.
Un total de 17 hombros estuvieron disponibles para el seguimiento; el período medio de seguimiento de 13 hombros que no presentaron una falla protésica dentro de los primeros dos años fue de 70 meses. La artroplastía total de hombro fue realizada debido a osteoartritis en 5 hombros, fractura-dislocación anterior crónica en 5 hombros, artropatía capsulorrafía en 3, artritis inflamatoria en 2, dislocación recurrente en una y falla de una artroplastía previa en un hombro. Todos los pacientes presentaban alguna forma de inestabilidad anterior o posanterior preoperativamente. Se observaron 5 defectos glenoideos anteriores y 12 posteriores. El hueso extraído de la cabeza humeral fue utilizado para el injerto en 15 hombros y la cresta del hueso ilion bicortical fue utilizada en dos.
La versión media del glenoideo luego del injerto fue de 4º de retroversión con una corrección media de 33º. El injerto falló para mantener la corrección original en tres hombros debido a la no unión, disolución o desplazamiento. Un total de 5 reemplazos de hombro fallaron y requirieron una revisión glenoidea de los dos a los 91 meses postoperativamente. Las fallas estuvieron asociadas a distensiones del manguito masivas recurrentes (1 hombro), inestabilidad persistente (2 hombros), reemplazo impropio del componente (1 hombro) y pérdida de la fijación del injerto (1 hombro). No se observaron fallas en el componente humeral. De acuerdo con los criterios de Neer et al., el resultado funcional fue considerado como excelente en 3 hombros, satisfactorio en 6 y no satisfactorio en 8.
A pesar del hallazgo de que 8 hombros presentaron un resultado funcional no satisfactorio en el momento del seguimiento a largo plazo, los injertos corticancelosos del glenoideo restauraron exitosamente la versión y el volumen glenoideo en 14 de los 17 hombros estudiados. Los pacientes con deficiencias glenoideas presentan asociada frecuentemente una inestabilidad glenohumeral, la cual puede afectar los resultados de una artroplastía total de hombro. El injerto óseo del glenoideo es un procedimiento técnicamente exigente que puede restaurar el tamaño del hueso en pacientes con defectos estructurales.