Aunque esta patología es poco frecuente su presentación clínica varía considerablemente, dependiendo de la extensión del proceso inflamatorio periapendicular y de la presencia o ausencia de contaminación peritoneal.
La presencia del apéndice cecal dentro de una hernia inguinal no es frecuente, estimándose su incidencia en un 1% [1]. A su vez, el desarrollo de una apendicitis aguda perforada en un hernia incarcerada es mucho menos común, con una incidencia publicada del 0.13% [2].