Los problemas del desarrollo evolutivo y de la conducta son relativamente frecuentes en la práctica pediátrica. Se ha estimado que alrededor del 12 al 16% de los niños de EE.UU presentan algún tipo de estos problemas.
El consultorio del pediatra es el único lugar donde la mayoría de los niños menores de 5 años son vistos, y por lo tanto, es ideal para el control o la detección precoz de estos problemas. En la actualidad se enfatiza la importancia de efectuar una identificación temprana, en lo posible antes de los 2 años, de modo de brindar a estos niños lo antes posible los beneficios de una intervención apropiada.
Los desvíos o los retrasos en el desarrollo pueden sospecharse porque el niño presenta factores de riesgo por su historia, tiene hallazgos anormales en el examen físico o padece patologías que pueden asociarse con problemas del desarrollo.
Un reconocimiento precoz de las alteraciones en el desarrollo requiere tanto un profundo conocimiento de sus manifestaciones como una correcta valoración clínica. Esperar hasta que un niño pequeño no cumpla con un hito mayor en el desarrollo tales como caminar o hablar puede significar un reconocimiento tardío. Esto es especialmente importante en el terreno del lenguaje ya que la intervención precoz puede mejorar el resultado final en los niños con problemas auditivos. Las demoras y las desviaciones leves del desarrollo son difíciles de detectar ya que los niños se desarrollan por brotes y, por momentos, en forma discontinua.
Las baterías de pruebas de cribado sobre el desarrollo tienen limitaciones específicas que han llevado a replantear su utilidad.
Buscar en forma sistemática si existen en los padres preocupaciones en el desarrollo de sus hijos se ha demostrado como un método importante para identificar estos problemas. Las preocupaciones de los padres sobre el lenguaje, la motilidad fina y aspectos tanto cognitivos como emocionales y de conducta son predictivos de problemas reales.
Los pediatras tienen ahora muchos instrumentos para valorar el desarrollo entre los cuales elegir tales como el test de Denver, la escala de Bayley y otras.
También existen cuestionarios para los padres que ahorran el tiempo de los médicos.
Cada instrumento de medición del desarrollo tiene sus ventajas y desventajas que tienen que ser conocidas por todos aquellos que la utilizan.
La Academia Norteamericana de Pediatría efectúa las siguientes recomendaciones para los pediatras que realizan la atención primaria:
1- mantener y actualizar el conocimiento sobre los problemas del desarrollo, factores de riesgo, técnicas de tamizaje y los recursos de la comunidad en relación a consultas con especialistas e intervenciones especificas.
2- Capacitarse en la realización e interpretación de técnicas de tamizaje validas para valorar el desarrollo de los niños
3- Desarrollar estrategias para proveer un control periódico dentro del cuidado primario en el consultorio del desarrollo de los niños
4- Con el acuerdo de los padres, referir los niños con trastornos del desarrollo en un momento oportuno para recibir intervención precoz
5- Determinar la causa de los retrasos o referir al especialista apropiado para hacerlo. Controlar audición y visión para descartar alteraciones sensoriales
6- Mantener vínculos con los recursos en la comunidad, especialmente escuelas, aprendizajes especiales, etc.
7- Estar disponible para que los padres lo consulten sobre hallazgos de los especialistas.