Las recomendaciones para el manejo de la rinitis que se resumen han sido desarrolladas en 1998 y revisadas en el 2000. Se dirigen a una población entre los 5 y 65 años.
Son presentadas en un formato que incluye 2 algoritmos, una descripción somera de 15 componentes y la descripción detallada que incluye las referencias bibliográficas y su categorización en base al tipo de evidencia.
Definición
La rinitis se define como la inflamación de las membranas que recubren la nariz y es caracterizada por congestión nasal, rinorrea, estornudos, picazón de la nariz y/o drenaje posterior.
En los pacientes que presenten esos síntomas debe evaluarse en primera instancia la posibilidad de una infección respiratoria alta (ver ICSI VURI en http://www.icsi.org/guide/VURI.pdf)
En caso se trate de una rinitis, se avanzará en las instancias diagnósticas y terapéuticas que se detallan.
Historia y examen físico
Se interrogarán los síntomas sugestivos, así como las posibles etiologías y respuestas a los tratamientos.
Son desencadenantes de rinitis alérgica el polen, el moho, los ácaros del polvo, los animales, las cucarachas, la comida (raro) y agentes vinculados a la ocupación del paciente.
Se reconocen como desencadenantes de la rinitis no alérgica el humo (cigarro y otros), perfumes y spray, descongestivos nasales, medicamentos (antihipertensivos y otros), olores fuertes, aire frío, comidas picantes, anormalidades estructurales, luz brillante, infecciones respiratorias altas, causas emocionales e inhalación de drogas ilícitas.
La rinitis alérgica y no alérgica pueden coexistir. Los pólipos y la sensibilidad a AINE/AAS pueden verse en 1/3 de los paciente con rinitis no alérgica, mientras que los pólipos están presentes solo en 5% de los pacientes con rinitis alérgica.
El embarazo y el abuso de descongestivos tópicos pueden causar o empeorar una rinitis.
Los fármacos antihipertensivos (por ejemplo beta bloqueantes, IECA) producen rinitis.
La existencia de cirugía o trauma previo deben hacer sospechar causas estructurales.
Una historia familiar de atopía u otras alergias predispone a la rinitis.
La exposición a desencadenantes ambientales es crucial. Deberá interrogarse las condiciones del hogar, escuela, trabajo, etc.
El examen se centrará en nariz, ojos, oídos, piel y pleuropulmonar. Los hallazgos más frecuentes son la congestión de los cornetes, rinorrea y prurito.