Aproximadamente el 50% de los niños constipados contraen poco más que la relajación del complejo del esfínter externo durante el intento de defecación. A pesar de que el entrenamiento por biorretroalimentación (BF) puede modificar este comportamiento en la defecación, no se han registrado en los resultados clínicos, efectos adicionales de la BF en los tratamientos convencionales (CT) comparados con CT solos.
Se ha postulado que la ausencia de una diferencia significativa entre estas dos opciones de tratamiento puede deberse a un efecto terapéutico desmitificante de la manometría anorrectal realizada en el tratamiento convencional de niños, necesaria para obtener datos manométricos basales.
A partir de un estudio randomizado, controlado y prospectivo se evaluó, a partir de los resultados clínicos obtenidos, el efecto de CT junto con dos sesiones de manometrías anorrectales, comparados con CT solos (consejos dietarios, entrenamiento diario en el baño, laxantes orales y enemas).
Un total de 212 niños que padecían de constipación (de los cuales 143 eran varones), que fueron derivados para una serie de visitas de práctica gastroenterológica pediátrica, fueron seleccionados al azar prospectivamente para una CT sola (115 pacientes) o una CT combinada con dos sesiones de manometría (CTM; 97 pacientes). Los pacientes fueron incluidos en el estudio cuando cumplían al menos con 2 de los 4 criterios siguientes: frecuencia de defecación menor de 3 veces por semana, 2 o más manchas por heces y/o encopresis por semana, pasaje periódico de largas cantidades de heces cada 7 ó 30 días o una masa fecal rectal o abdominal palpable.
Los CT que incluyeron consejos dietarios, un entrenamiento diario en el baño y tratamiento con laxantes orales fueron precedidos por una desimpactación rectal con enemas durante 3 días consecutivos. En ambas manometrías, los niños y sus padres pudieron observar el trazado en la pantalla de la computadora, aunque no se les ofrecieron explicaciones acerca del procedimiento; sólo cuando el procedimiento concluyó, los trazados fueron clarificados.
El éxito del tratamiento fue definido por una frecuencia de defecación de 3 o más veces por semana y menos de un episodio de manchas y/o encopresis en dos semanas, sin el uso de laxantes.
Los resultados de la investigación indicaron que sólo 4 y 2 niños, de los grupos de CT y CTM, mostraron ausencia de manchas y/o encopresis, mientras el 75% y el 65%, respectivamente, reportaron un pasaje periódico de largas heces. En el 26% y el 30% de los pacientes se encontró un escíbalo rectal durante el examen físico. Los índices de éxito a las 6, 26, 52 y 104 semanas de seguimiento fueron de 4%, 24%, 32% y 43% y de 7%, 22%, 30% y 35% en los grupos de CT y CTM, respectivamente. No se observó una diferencia significativa en el porcentaje de éxito en ninguna etapa del seguimiento con un riesgo relativo (CT/CTM) y un intervalo de confianza del 95% de 0.55 (0.16-1.89), 1.13 (0.67-1.89), 1.07 (0.69-1.65) y 1.23 (0.81-1.85), respectivamente.
Se observó un aumento significativo en la frecuencia de defecación entre la primera y la segunda visita, que fue sostenida en todas las visitas subsiguientes y en las etapas de seguimiento en ambos grupos (no significativas). En relación a la primera visita, también se observó una disminución de los episodios de encopresis y una lenta pero significativa disminución de la misma a las 52 semanas de seguimiento en ambos grupos. Los datos manométricos obtenidos del grupo de CTM mostró un bajo porcentaje de niños con dinámica de defecación normal, medida en 28%, con un incremento significativo del 38% desde la última manometría.
La manometría anorrectal combinada con CT, en comparación con la CT sola no presentó un índice mayor de éxito en niños con constipación crónica. La manometría anorrectal no tuvo efectos desmitificantes o educativos adicionales en los resultados clínicos de niños con constipación crónica. Esta observación junto con la observación de los estudios habituales y previos, que mostraron la falta de correlación entre la dinámica de defecación normal y el éxito y la falta de relación entre el volumen de urgencia o volumen crítico y el éxito, no dejaron un rol diagnóstico o terapéutico para la manometría anorrectal en niños con constipación crónica, excepto por su uso como prueba diagnóstica para excluir la enfermedad de Hirchsprung.
Un CT simple es exitoso en el 30% de los niños con constipación severa que son derivados a un hospital terciario, haciendo hincapié en la importancia de un tratamiento con laxantes adecuado y de larga duración.