Una nutrición adecuada mantiene el "estado de buena salud" y facilita la recuperación en la enfermedad. Cuando un paciente "no puede", "no quiere" o "no debe" incorporar los nutrientes por su vía natural debe implementarse algún tipo de soporte nutricional (enteral o parenteral). No existe enfermedad que sé beneficie privando al organismo de nutrientes, y más aún, la inanición puede causar depleción de tejidos o de nutrientes esenciales que provoca un estado de desnutrición y complica la evolución de la enfermedad.
La desnutrición caloricoproteica ( DCP ) se puede desarrollar por una ingesta nutricional insuficiente, por alteraciones de la digestión-absorción o del metabolismo de los nutrientes, y/o por el aumento de los requerimientos nutricionales debidos a hipermetabolismo (aumento de la producción/utilización de calorías) o hipercatabolismo (aumento de la degradación proteica y la pérdida urinaria de nitrógeno). La DCP se desarrolla en forma relativamente rápida en pacientes hospitalizados cuando actúan concomitante estos factores patogénicos, la cual se denomina "desnutrición hospitalaria", forma de desnutrición muy común en los países desarrollados.
Hill y colaboradores observaron DCP en el 20% de pacientes de cirugía general, casi en el 50% en pacientes con patología quirúrgica gastrointestinal y en más del 50% cuando la hospitalización se prolongó por complicaciones quirúrgicas.
La DCP se caracteriza por una depleción de las reservas energéticas y proteicas del organismo, y esto se asocia con alteraciones funcionales y/o cambios estructurales en diver-sos órganos o sistemas, cuya magnitud depende tanto del nivel de depleción como de la rapidez de la pérdida proteica. En la DCP severa, no sólo se alteran varias funciones fisiológicas, sino que aumentan las complicaciones postoperatorias y se prolongan los tiempos de internación.
La DCP causa, directa o indirectamente, una serie de complicaciones tales como:
a) Alteraciones del proceso de cicatrización de la heridas
b) Disfunción inmunológica: mayor incidencia de infecciones.
c) Problemas respiratorios: predisposición a atelectasias, infecciones e insuficiencia respiratoria, aumento del tiempo de asistencia respiratoria mecánica postoperatoria.
d) Alteración de la función de los músculos esqueléticos y viscerales: dificultad para toser o moverse en la cama, disfunción miocárdica y motora gastrointestinal.
e) Disfunción del aparato digestivo: hipotrofia de la mucosa intestinal con alteraciones digesto-absortivas y de la función de la barrera intestinal, con aumento de la permeabilidad a macromoléculas y translocación bacteriana.
f) Hipoalbuminemia, hipoosmolaridad plasmática e intolerancia al aporte de sodio.
La mayor parte de las alteraciones funcionales de la DCP mejoran o se resuelven con el soporte nutricional.
El tiempo de inanición es un factor importante en la evaluación de la DCP. Se ha determinado que 3 días de ayuno total no causan trastornos funcionales ni cambios de la composición corporal, pero un ayuno mayor o 1 semana, habitualmente se asocia con déficit funcionales.
La magnitud de la pérdida de peso y el tiempo de producción son factores de trascendencia clínica. La disminución rápida de peso es de mayor significación clínica porque tiene una pérdida proporcionalmente mayor de proteínas que de grasas. La pérdida de menos del 10%del peso corporal habitualmente no afecta las funciones fisiológicas ni cambia el pronóstico de la enfermedad de base, las pérdidas rápidas mayores del 20% causan una DCP clínicamente significativa (presentan alteraciones funcionales de algunos órganos o sistemas), la cual se asocia con un aumento de la morbimortalidad de la enfermedad de base.
Dado lo anterior, salvo en situaciones agudas y graves, en las cuales la prioridad es la resucitación y/o la estabilización de las funciones vitales o en pacientes con enfermedades terminales, se debe considerar al soporte nutricional como parte del tratamiento de patologías médicas o quirúrgicas que cursen con desnutrición o tengan riesgo de padecerla.
El soporte nutricional de los pacientes hospitalizados tiende a prevenir o retardar la aparición de la desnutrición hospitalaria o a replecionar la masa proteica en casos de DCP.
Los beneficios del soporte nutricional de los pacientes deplecionados (por enfermedad crónica o aguda) se suelen constatar entre el segundo y el cuarto día de iniciado el soporte nutricional, esta rápida mejoría subjetiva y objetiva se debe a la repleción tisular de ATP y de electrólitos; posteriormente se observa una mejoría lenta y progresiva debida a la repleción de la masa proteica corporal.