El Streptococcus milleri es un organismo comensal que tiene el potencial de causar significativa morbilidad.
Si bien los datos publicados hasta el momento en relación a la acción de este organismo en el cuello y la cabeza son escasos, investigadores del Departamento de Patología del Hospital de Niños de Wisconsin (EEUU), llevan adelante un estudio para identificar y evaluar la presentación y el tratamiento en pacientes pediátricos intrahospitalarios afectados por este patógeno.
Una revisión de la base de datos del hospital, entre 1997 y 1999, permitió identificar 26 pacientes con cultivos positivos de la bacteria del grupo S milleri (SMG).
La muestra de análisis retrospectiva permitió examinar los datos demográficos, lugar de origen de la infección, cultivo de organismos adicionales, síntomas, tratamientos y complicaciones.
De acuerdo a los datos arrojados por la investigación, 16 pacientes presentaban infección por la SMG, en las regiones del cuello y la cabeza. Los lugares de origen incluyeron senos paranasales, dentales, tejido facial blando, cavidades profundas del cuello, región peritonsilar y sitio traqueotómico.
El emplazamiento de los senos paranasales fue el más común en un 37% (6/16). El Streptococcus milleri fue la única bacteria aislada en el 69% (11) de las infecciones. Una extensión significativa local ocurrió en el 56% (9/16) de los pacientes e incluyó la órbita, base del cráneo, cráneo y cavidades profundas del cuello. Todos los pacientes fueron drenados quirúrgicamente y 15 recibieron, además, tratamiento intravenoso con antibióticos. Ocurrió una complicación por osteomielitis en el hueso frontal como resultado de un tratamiento intravenoso con antibióticos.
El Streptococcus millieri puede ser un patógeno agresivo en la zona de la cabeza y el cuello con un a propensión a la formación de abscesos y a la extensión local de la infección en la población pediátrica.
El drenaje quirúrgico con antibióticos es generalmente exitoso en la gestión de las condiciones. Sin embargo, la resistencia emergente a la penicilina y la capacidad de extensión local exige la sospecha de un tratamiento incompleto si los síntomas clínicos persisten.