En el estudio se incluyeron unos 4.200 varones negros e hispanos participantes en una encuesta nutricional de ámbito nacional. Más de 900 manifestaron que solían practicar "jogging" al menos una vez al mes, mientras que el resto declaró no practicar ejercicio físico.
Se encontró que los primeros tienden a tener menor peso, menos problemas de salud crónicos, suelen ser no fumadores y disfrutan de un estado de salud general mejor que los segundos.
Pero además, comprobaron que el promedio de densidad mineral ósea es un 5% más elevada entre los practicantes del "jogging" que entre los sedentarios. Añaden que cuanto mayor es la frecuencia del ejercicio físico, mayor es la densidad mineral ósea, que llegó a ser hasta un 9% superior entre los más deportistas.