Según el doctor Song Liu de la Universidad de París XI en Bicetre, los tubos fabricados con colágeno, una proteína importante para mantener la estructura de la piel y de otros tejidos, han sido usados durante mucho tiempo para fomentar el crecimiento de los nervios fuera de la médula espinal.
En un estudio realizado anteriormente, este equipo de investigación mostró que los tubos de colágeno podían ayudar a reconectar los nervios a la médula espinal superior. En este estudio los científicos examinaron si los tubos de colágeno podían permitir la reconexión de los nervios cortados de las regiones bajas de la médula espinal.
En este procedimiento, una punta del nervio cortado era situada a unos 7 milímetros de distancia de la otra punta, dentro de un tubo de colágeno. En el estudio anterior, las puntas del nervio se situaban tan solo a 3 milímetros de distancia.
Las ratas paralizadas tratadas con el procedimiento de los tubos de colágeno mostraron un aumento en la tensión muscular y resistencia entre 6 y 9 meses después de la intervención, informan los autores del estudio, mientras que las ratas que no recibieron tratamiento no mostraron tal recuperación.
Estudios microscópicos confirmaron que los nervios habían crecido a lo largo las vías proporcionadas por los tubos de colágeno, indica el artículo, y los estudios eléctricos probaban que las señales nerviosas podían ser transmitidas a los músculos afectados. A pesar de estos resultados, ninguno de los animales tratados fue capaz de moverse.
Los autores del estudio concluyen que los resultados confirman que los nervios de la médula espinal tienen la capacidad de crecer de nuevo en tejidos exteriores a través de tubos de colágeno si existe un hueco considerable.