Dr. Jorge Ayala Puente

Novedades en ortodoncia

Entrevista al Dr. Jorge Ayala Puente, cirujano dentista graduado en la Facultad de Odontología de Chile, especialista en Ortodoncia y Ortopedia Maxilar, director de la sede Latinoamericana del Roth Williams center for Functional Occlusion en el marco del 2º Congreso Latinoamericano y 5º Simposio Nacional de Prevención y Educación para la Salud Bucal.

Autor/a: Por IntraMed

¿Cuáles son las principales novedades en ortodoncia?
Generalmente, cuando se habla de novedades en ortodoncia, se tiende a centrar la respuesta en el tipo de materiales: más eficientes, más estéticos, más exactos. Pero la verdad es que la parte que más importa está en los conceptos que se refieren a qué objetivos buscamos en la ortodoncia. Por largo tiempo, la ortodoncia era una especialidad que enfocaba las correcciones en forma muy estática y se ocupaba poco de la función. Se preocupaba solamente de los dientes y no de la musculatura o de la articulación. Hoy día, nuestro mensaje también incluye los aspectos de oclusión estática y funcional e integra lo que nosotros llamamos sistema estomatognático: la parte muscular, articular, neuromuscular, dentaria y periodontaria.

¿Desde qué edad se puede aplicar la ortodoncia?
Desde edades muy tempranas. De hecho, hay tratamientos que se inician a los 4 ó 5 años de edad: una ortodoncia de tipo interceptivo o preventivo. Hay personas que preconizan tratamientos mucho más tempranos. Yo diría que en ortodoncia tan temprana hay sólo un grupo pequeño de anomalías. El otro gran porcentaje de anomalías comienza a los 8 ó 9 años, en lo que llamamos la primera fase del tratamiento que, generalmente, se complementa con una segunda fase del tratamiento, ya con toda la dentadura permanente, que es alrededor de los 12 ó 13 años.

¿Qué sentido tiene actuar sobre los dientes de leche? ¿Por qué ortodoncia a los 4 ó 5 años?
Fundamentalmente, tratamos cosas que afectan el desarrollo de los maxilares. Por ejemplo, un maxilar superior muy estrecho puede provocar un problema de oclusión o de mordida que requiera el ensanchamiento de ese maxilar hasta la dimensión correcta. También puede condicionar o favorecer la respiración bucal, que tiene una influencia comprobada sobre el desarrollo maxilar y mandibular y de todo el sistema orgánico.

¿Hasta qué edad se puede hacer un tratamiento ortodóncico?
Casi no tiene límite de edad. Mientras el hueso que sustenta las piezas esté en condiciones de recibir el tratamiento, lo hemos hecho en pacientes que superan los 60 años de edad sin mayor problema. E incluso, una vez, por un tratamiento de preparación para una rehabilitación dentaria, una rehabilitación oral como la llamamos nosotros, hicimos movimientos mínimos pero movimientos al fin, en un paciente de 72 años.

¿Qué logros lo han sorprendido en el curso de su especialización?
Para mí fue importantísimo haberme encontrado con alguna persona que me abrió los ojos en cuanto a los objetivos del tratamiento ortodóncico, en darle un enfoque mucho más funcional. Un avance en ortodoncia es la forma fantástica como han mejorado los materiales ortodóncicos, como todos los materiales odontológicos. Actualmente podemos adherir los brackets a los dientes y no tener que forrar con bandas cada uno de los dientes, como sucedía en el pasado. Hay muchos avances notables. Pero es sustancial lo que se debe a la computación. Mediante ella se puede analizar, se pueden obtener imágenes radiográficas de mucha mayor precisión, hacer análisis de las radiografías con mucha mayor precisión y predecir más fácilmente cómo un paciente va a crecer durante los próximos dos o tres años.

¿Qué es la filosofía de Roth?
La filosofía de Roth es la aplicación de los conceptos de oclusión funcional a la ortodoncia. La oclusión funcional es parte de toda la odontología pero, en la ortodoncia, estaba un poco olvidada. Se trata de los requisitos que debe cumplir una oclusión, una mordida, la disposición dentaria para que la función no sea dañina a los dientes, a los tejidos que soportan los dientes, a los músculos o a la articulación; que sea una función fisiológica, que ayude a preservar la salud y longevidad de las piezas dentarias y de todo el sistema.

¿Qué ventaja tiene sobre otras concepciones?
El enfoque funcional enfoca la longevidad de la dentición, la duración de los resultados. Cuando los tratamientos de ortodoncia no se enmarcan dentro de estos conceptos, generalmente tienen una estabilidad bastante pobre. Hay que involucrar a todas las estructuras del sistema estomatogmático: articulaciones, neuromusculatura, la parte periodontal, la ósea y los dientes mismos. Antes era muy enfocado a la parte estética dentaria.

¿Qué cree que resta por investigar en este campo?
Creo que lo que viene en el futuro es fascinante. Lo que estamos viviendo con mucho entusiasmo es que la investigación del genoma humano va a permitir intervenir en la genética misma, en la prevención ya no sólo microbiológica, que va a solucionar muchos problemas de salud de la humanidad antes de que se generen. Es muy probable que la ortodoncia no exista o sus acciones se vean muy reducidas en un plazo no muy largo. El tema de la ingeniería genética es muy controvertido y tiene ribetes ético-morales bastante importantes y necesitará de una legislación, pero no cabe duda que la ortodoncia es casi insignificante comparada con otros problemas. Si se pudiera eliminar el cáncer, el Parkinson o enfermedades que hoy día no tienen respuesta, no cabe duda que la manipulación genética no solamente se justifica sino que se aguarda con mucha esperanza.

¿Qué pasa en el ámbito público? ¿Cuánta gente puede tener acceso a estos tratamientos?
Lamentablemente, es bastante minoritaria porque el tratamiento ortodóncico es caro. Tiene una complejidad que requiere un alto grado de especialización. La tendencia en salud es que los organismos que controlan la salud con un criterio muy economicista más que de salud, estrangulan al ortodoncista, al odontólogo y al médico en general, con aranceles que son absolutamente ridículos para lo que significa una prestación de esta naturaleza. Se está creando un gran problema que es que el ortodoncista se ve limitado al no poder usar materiales o elementos de diagnóstico de calidad, lo que redunda en un empeoramiento del resultado que él otorga. Los sistemas de salud que pagan este tipo de servicios hacen que la calidad de la ortodoncia descienda. El engaño está en que la gente cree que está recibiendo lo mejor y, lamentablemente, no es así.

Si Ud. estuviera a cargo del ministerio de Salud de Chile, ¿qué haría en el ámbito de odontología y especialmente de ortodoncia?
Favorecería la libre elección y un control arancelario, pero justo. Los organismos que se dedican a este tipo de manejo económico en Chile tienen ganancias exorbitantes que no van a la mejoría de la salud ni del nivel económico de los profesionales que otorgan la salud. Ese mismo costo, ese mismo nivel de fondos, lo destinaría a una mejor salud y un mejor nivel de vida de los profesionales de la salud y no a mejorar las ganancias de los grupos económicos que hoy están manejando la salud.