El tratamiento agudo de la luxación de cadera, implica, luego de la estabilización clínica del paciente, la perentoria reducción de la misma. Se lleva a cabo bajo anestesia general miorrelajante, mediante diversas técnicas incruentas como las de Allis Stimson y la de Bigelow.
El autor utiliza desde 1998, una variante de su invención para reducir las luxaciones tipo I (según la clasificación de Epstein). Durante el procedimiento, el paciente se encuentra en decúbito dorsal con la cadera y la rodilla del miembro sano, en flexión de 45º y 90º, respectivamente. Un asistente estabiliza el pie sobre la camilla. El operador coloca el brazo adyacente al lado afectado bajo la rodilla del miembro luxado, apoyando la mano sobre la rodilla opuesta con el fin de afirmar el brazo de palanca.
Con la otra mano, aplica tracción y rotación medial sobre la pierna, logrando así una reducción sin resistencia, dado que con la cadera en 45º de flexión, dicha rotación relaja el ligamento iliofemoral. En una primera serie de 35 casos, solo presentó 2 fracasos de la tentativa, ambos secundarios a la interposición de un fragmento del reborde cotiloideo.
La sencillez de la maniobra reduciría las posibilidades de un daño secundario de la cabeza femoral y de las partes blandas posteriores.