El hallazgo podría ser útil para comprender el origen del dolor característico de la enfermedad, puesto que resultaba difícil explicar cómo un trastorno del cartílago articular producía este síntoma al carecer de fibras sensibles al dolor.
Los investigadores realizaron resonancias magnéticas a dos grupos de pacientes de edad avanzada con artrosis: 351 con dolor en la rodilla y 50 sin dolor. Detectaron lesiones de la médula ósea en el 77,5% de los primeros, pero sólo en el 30% de los segundos. Además, cuanto más extensas eran las lesiones de la médula ósea más probabilidad existía de que el paciente experimentara dolor de rodilla. El 36% de los afectados por dolor presentaban lesiones extensas, por sólo el 2% de los pacientes sin dolor.