Aunque los agonistas beta de acción prolongada proporcionan un alivio de los síntomas del asma, son fármacos que no actúan sobre la inflamación de las vías aéreas, lo cual impide, si son utilizados como monoterapia, que puedan prevenir el deterioro progresivo de la función pulmonar y el gradual empeoramiento del asma.
Una investigación publicada en "JAMA" señala que los pacientes con asma persistente leve a moderada -que son el 75% de los afectados por la enfermedad- necesitan medicación que actúe sobre la inflamación subyacente de las vías aéreas para tener la enfermedad bajo control.
El estudio publicado por investigadores de la Universidad de California, en San Francisco, de 28 semanas de duración y con 164 pacientes, comparó la evolución de estos una vez distribuidos aleatoriamente para recibir tratamiento con un agonista beta de acción prolongada, el salmeterol, o un corticoide inhalado, la triamcinolona, o un placebo, tras haber sido sometidos a tratamiento durante 6 semanas con triamcinolona.
Los resultados muestran que en aquellos pacientes que pasaron a recibir el salmeterol se observó que este fármaco es capaz de aliviar los síntomas, pero no es más efectivo que el placebo a la hora de prevenir los ataques de asma.
Los corticoides inhalados, en opinión de los autores, están siendo infrautilizados. Consideran que son fármacos seguros si se emplean a bajas dosis y que son el tratamiento más efectivo para atacar la inflamación, que es el mayor peligro a largo plazo del asma.