Hipertrofia e hiperplasia
El útero no grávido es una estructura casi sólida que pesa alrededor de 70 gr, con una pequeña cavidad central. Durante el embarazo, el útero tiene la capacidad de aumentar rápidamente su tamaño transformándose en un órgano muscular de paredes relativamente finas capaz de albergar al feto, a la placenta y al líquido amniótico.
El agrandamiento uterino se produce predominantemente por hipertrofia e hiperplasia de las fibras musculares existentes, ya que la aparición de nuevas células miometriales es escasa. Participan en el agrandamiento uterino, la hipertrofia e hiperplasia dos mecanismos: la influencia hormonal y la adaptación al crecimiento del huevo que aloja. Este crecimiento consiste en estiramiento e hipertrofia de las células Las células del músculo liso miometrial están rodeadas por una red irregular de fibrillas colágenas. La fuerza de contracción es transmitida desde las proteínas contráctiles de las células musculares al tejido conectivo que las rodea a través del retículo de colágeno. El rápido crecimiento de los tejidos está en relación con el aumento de la síntesis de poliaminas. Las concentraciones de poliaminas de las mujeres gestantes están sorprendentemente elevadas, alcanzando su máxima concentración entre las semanas 13 y 14 de gestación (Russell DH , 1978). La mayor velocidad en la síntesis de poliaminas, depende de la hipertrofia del miometrio en esta fase del embarazo. Acompañando el aumento en tamaño de las células musculares uterinas durante el embarazo se produce una acumulación de tejido fibroso, particularmente en la capa muscular externa, junto con un aumento considerable del tejido elástico. La red formada se suma materialmente a la fuerza de la pared uterina.
Existe al propio tiempo un gran aumento en el calibre de los vasos sanguíneos y linfáticos, e hipertrofia de las fibras nerviosas. El volumen total del útero aumenta unas veinticuatro veces; pero su capacidad, pasa a tener de 10 ml o menos fuera de la gestación hasta alcanzar alrededor de 5 litros al final del embarazo, llegando hasta un máximo de 10 L, de tal modo que hacia el término del embarazo el útero ha conseguido tener una capacidad 500 a 1000 veces mayor que en el estado de no embarazo. El peso se incrementa en forma correlativa, de sesenta gramos antes del embarazo a 1100 gramos aproximadamente al término. Durante los primeros meses del embarazo, la hipertrofia uterina es probablemente estimulada principalmente por la acción de los estrógenos, y quizás de la progesterona.
La hipertrofia inicial no depende de la distensión mecánica producida por el embrión y sus anexos, ya que estas mismas modificaciones se observan en los embarazos ectópicos. Pero a partir de las 12 semanas de la gestación, el aumento de tamaño uterino se produce en gran medida por la presión ejercida por su contenido en expansión. A medida que el embarazo progresa las paredes del útero se afinan progresivamente, llegando a medir 1,5 cm de espesor al final del mismo. Ya desde el principio de la gestación el útero se hace menos consistente, perdiendo su firmeza y resistencia características. En los últimos meses del embarazo, el útero se convierte en un saco muscular de paredes delgadas, blandas y fácilmente depresibles, lo que permite palpar las partes fetales a través de la pared abdominal.
La musculatura uterina está dispuesta en tres estratos o capas:
Externa: se arquea sobre el fondo y se extiende hacia los diversos ligamentos.
Interna: consiste en fibras de tipo esfinteriano alrededor de los orificios de las trompas y del orificio cervical interno.
Media o plexiforme: entre las dos anteriores, forma una densa red de fibras musculares perforada en todas las direcciones por los vasos sanguíneos, de modo que cuando estas fibras se contraen después del parto, constriñen los vasos y actúan así de "ligaduras vivientes" (son las denominadas "ligaduras vivientes de Pinard" ).