Los métodos convencionales de diagnóstico por imágenes se basan en la detección de los cambios estructurales que originan los tumores pero son inadecuados para determinar la extensión del cáncer esofágico, especialmente las metástasis en los ganglios linfáticos.
La tomografía de emisión de positrones (PET: positron emission tomography) es una tecnología de imágenes cuyo principio difiere fundamentalmente, ya que identifica áreas focales con incremento del metabolismo asociadas con las neoplasias malignas y que ha probado su utilidad brindando información útil sobre cánceres de pulmón, mama, melanomas y otros.
Flanagan y col. (AJR 1997; 168: 417-424) y Luketich y col. (Ann. Thorac. Surg., 1999; 68: 1133-1137) han demostrado que la PET con fluorodesoxiglucosa (FDG) es más sensitiva que la tomografía computada (CT: computed tomography) en la detección de metástasis regionales y a distancia en pacientes portadores de adenocarcinomas esofágicos, evitando así cirugías innecesarias.
Los autores del presente trabajo decidieron comparar prospectivamente la exactitud de la FDG-PET en comparación con la CT en la estadificación de cánceres esofágicos de células escamosas, con especial atención en las metástasis en los ganglios linfáticos. Para ese cometido analizaron 53 pacientes con dicho tipo de cáncer, a quienes se les realizó una PET de cuerpo completo y una CT de tórax. Los hallazgos obtenidos con ambos estudios fueron comparados en 50 pacientes - que fueron intervenidos quirúrgicamente - con los hallazgos anatomopatológicos.
Se disecaron 436 grupos de ganglios linfáticos en esos 50 pacientes siendo el número promedio de 8.7 grupos linfáticos por persona. El número total de ganglios examinados fue de 2.561 con un promedio de 51.2 ganglios por enfermo. Se detectaron metástasis en 108 de los 436 grupos ganglionares examinados.
La estadificación se basó en la clasificación TNM y el agrupamiento de los ganglios linfáticos se realizó mediante el mapeo sugerido por Akiyama (Nakayama Inst .Cancer Res. 1993: 2-3). El análisis estadístico se realizó mediante prueba de Chi cuadrado de McNemar, utilizando SPSS para Windows, versión 7.5.1. La sensibilidad - para el diagnóstico inicial de tumor primario - fue del 96.2% para la PET y del 92.5% para la CT.
Para las metástasis ganglionares la PET tuvo una sensibilidad del 51.9%, una especificidad del 94.2% y una exactitud del 83.7%, mientras que la CT tuvo una sensibilidad del 14.8%, una especificidad del 96.7% y una exactitud del 76.6%. El análisis estadístico de la sensibilidad entre PET y CT arrojó una p < 0.005.
En el lado derecho de la imagen se observan CTs de 3 pacientes que no muestran un agrandamiento significativo de los ganglios linfáticos. Sin embargo, en las PETs del lado izquierdo, las imágenes (ganglios paratraqueales derechos en la superior; subcarinal en la central y de la coronaria estomáquica en la inferior) demuestran un incremento anormal de la actividad en los ganglios regionales que resultaron estar metastatizados en el examen histopatológico.
Dado que la resección quirúrgica completa es la mejor opción en el tratamiento del cáncer de esófago en aquellos pacientes que tienen la enfermedad localizada, la determinación de la resecabilidad y el estadio es de gran importancia para una apropiada selección de los mismos. Las metástasis no detectadas son responsables en gran parte del fracaso en la sobrevida a largo plazo en aquellos enfermos en los que se pensó que se había realizado una resección completa.
En resumen, la PET ha demostrado ser más sensitiva que la CT en la determinación de la invasión ganglionar linfática regional y a distancia en pacientes portadores de cánceres a células escamosas así como adenocarcinomas del esófago.