Aun cuando el empleo de tratamiento antirretroviral reduce la carga de virus de inmunodeficiencia humana (VIH) en la mayor parte de pacientes infectados, en algunos casos a niveles no detectables, no es posible erradicar el microorganismo. Al respecto, varios trabajos han mostrado que el resurgimiento de la replicación viral tras la interrupción de la terapia se origina de la activación de células infectadas por VIH de forma latente.
Dicho reservorio viral, generado durante la infección aguda, es pequeño (alrededor de 1x106 células) y se mantiene estable hasta por 60 años, independiente del recuento de linfocitos T CD4, carga viral o tipo de terapia antirretroviral. Uno de los modelos postulados para explicar su existencia, latencia estable postintegración, señala que el linfocito T activado se hace resistente a los efectos inmunológicos y citopáticos del VIH y es portador un provirus inactivo, gracias a la transición de célula efectora a linfocito T quiescente; el virus es capaz de ser estimulado con una nueva activación de la célula.
No obstante, varios estudios recientes señalan la identificación de VIH latente en linfocitos T que no ha tenido contacto antigénico alguno, por lo que cabe la posibilidad de la existencia de mecanismos alternos de generación de latencia viral.
Un grupo de investigadores de la Universidad de California, en Los Angeles, reportan que la infección latente por VIH puede ocurrir durante la timopoyesis. En ratones con implantes tímicos capaces de llevar a cabo dicho proceso y que fueron infectados con VIH, los científicos observaron que el virus se integra en el genoma de los timocitos, que expresan receptor CD4, y permanece latente gracias al proceso de inactivación transcripcional normal que pasa la célula a través de su diferenciación dentro del timo. El virus pudo ser inducido con la activación de la célula, aún en ausencia de replicación del ADN del hospedero.
Así mismo, los investigadores identificaron infección latente en timocitos CD4+ y CD8+ maduros, lo que indica que el VIH en un comienzo puede infectar células transcripcionalmente activas pero inmaduras (CD4+ y CD8+ de forma simultánea) que se diferencian a linfocitos maduros con un solo marcador, los cuales son exportados a la periferia. En estas células con infección latente, la expresión del virus pudo ser inducida aún en presencia de AZT y un inhibidor de proteasa.
Según el doctor Richard A. Koup, del University of Texas Southwestern Medical Center, en Dallas, Texas, que escribe el editorial que acompaña el estudio, los hallazgos tienen grandes implicaciones clínicas, pues la identificación de la fuente del reservorio de VIH latente puede conducir al desarrollo de estrategias farmacológicas para su eliminación. Así mismo, señala que si bien la generación tímica de virus latentes con seguridad tendrá efectos más pronunciados en pacientes pediátricos, pues la mayoría de sus linfocitos T son células sin contacto antigénico que han migrado recientemente del timo, en la población adulta infectada también tiene repercusiones, ya que se ha demostrado que la timopoyesis aún continúa en la edad adulta.
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