Traumatología

Mujeres son más propensas a lesiones de rodillas en deportes

Las mujeres son más propensas a las lesiones de rodilla, comunes entre quienes practican deportes, por las diferencias entre su estructura muscular y la de los hombres, según un estudio de la Universidad de Michigan.

 Cada año los médicos en Estados Unidos atienden más de 11 millones de casos de lesiones de rodilla, y en su mayoría se trata de personas que han sufrido torceduras, desgarros o estiramientos mientras practicaban deportes, ya sea profesionales o por afición.

El estudio, presentado en la reunión anual de Cirujanos Ortopédicos de Estados Unidos, en San Francisco, muestra que las mujeres corren riesgos de dos a ocho veces mayores que los hombres por las diferencias en los músculos que rodean la rodilla.

"Los músculos de la rodilla tienen la capacidad de proteger los ligamentos y prevenir las heridas", dijo Edward Wojtys, profesor de Cirugía Ortopédica en la Facultad de Medicina y director de Medicina Deportiva en la Universidad de Michigan.

De los cuatro ligamentos mayores que trabajan en la rodilla, el ligamento cruciforme anterior (LCA), el ligamento medio colateral (LMC) y el ligamento cruciforme posterior (LCP) son los que con más frecuencia se lesionan en la práctica de deportes.

Cuando una persona cambia de dirección rápidamente, tuerce las piernas, disminuye de velocidad cuando corre o cae al suelo después de un salto puede lesionarse el LCA, un daño frecuente en jugadores de baloncesto y esquiadores, y deportistas que usan zapatos con tacos, como en el fútbol.

Las lesiones del LMC habitualmente ocurren por el contacto violento en la parte exterior de la rodilla, y son frecuentes en los deportes como el fútbol y el hockey.

Las lesiones del LCP se deben a impactos que sufre el atleta en el frente de la rodilla, o la torsión que ocurre durante un paso en falso, y también son comunes en el fútbol y el baloncesto.

"Las atletas corren un riesgo mayor de desgarro del ligamento cruciforme anterior porque no alcanzan el mismo endurecimiento muscular que los hombres a través de la articulación de la rodilla", explico Wojtys.

Para este estudio, los investigadores examinaron a 24 atletas de la primera división de la liga nacional de deporte universitario -12 hombres y 12 mujeres- que compiten en baloncesto, voleibol y fútbol. También examinaron a otros 28 atletas -14 hombres y 14 mujeres- que practican otros deportes como ciclismo, carreras y remo.

En ambas categorías de deportes -la que requiere pivote de la rodilla y la que no lo requiere- los hombres produjeron una mayor rigidez de los músculos de la rodilla que proveyó una mejor protección contra las torsiones.

Los resultados mostraron que, cuando los músculos de un atleta pasan del estado de relajamiento al de tensión, la rigidez de la rodilla aumentó en 258 por ciento para los hombres y un 171 por ciento para las mujeres que practican deportes de pivote.

En la segunda categoría, los incrementos fueron del 207 por ciento para los hombres y 198 por ciento para las mujeres.

"La lección es que si usted practica deportes que requieren saltos, giros y torsiones, es mejor que prepare sus músculos para que protejan la rodilla contra las fuerzas de rotación", indicó Wojtys.

"Quizá sea necesario que el entrenamiento de las mujeres, en cada deporte, sea diferente", agregó. "Habría que poner un énfasis en el fortalecimiento de los músculos de la rodilla de las mujeres que practican un determinado deporte".