Después de comparar dos técnicas de imagen no invasiva para detectar las posibles causas de un ictus por la obstrucción de las arterias carótidas, un grupo de investigadores del Centro Médico de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, recomienda cautela con las decisiones de cirugía basadas exclusivamente en dichas pruebas.
Estudios previos habían demostrado que la endarterectomía de la carótida es el método más efectivo para reducir el riesgo de futuros ictus en pacientes que presentan estenosis en sus arterias. Parece ser que se reduce dicho riesgo en entre el 50 y el 70 por ciento de las arterias obstruidas.
El primer paso para los médicos es determinar el grado y el alcance de la estenosis, desde que se constataron los beneficios de la cirugía en relación con el grado del trombo.
La técnica de elección utilizada durante varios años ha sido la angiografía de contraste. "Muchos cirujanos, teniendo en cuenta sus complicaciones, decidían la necesidad de cirugía atendiendo a los resultados de las técnicas no invasivas. Según los datos de nuestro estudio, aconsejamos cautela ante la información ofrecida por las técnicas no invasivas", dice Larry Goldstein, director del Centro de Enfermedades Cerebrovasculares de la citada universidad y coordinador principal del estudio.
Los métodos analizados fueron la ecografía duplex y la angiografía con resonancia magnética. Ambas técnicas están exentas de riesgos y se pueden efectuar de forma rápida. No obstante, Goldstein asegura que no proporcionan los mismos detalles que la angiografía.
En el estudio se revisaron las historias de 569 pacientes seguidos durante tres años que se sometieron a las tres técnicas mencionadas. Después de valorar las historias, los investigadores observaron que si la decisión de intervenir se basaba exclusivamente en la información aportada por la ecografía dúplex, cerca del 29 por ciento de los pacientes estaban mal diagnosticados, cifra que se situaba en el 18 por ciento si se valoraba sólamente la resonancia magnética y en el 8 por ciento si se tenían en cuenta los dos métodos diagnósticos.
Otros de los datos analizados fueron los falsos positivos y los falsos negativos. Con la ecografía dúplex los falsos positivos llegaban hasta el 23 por ciento y los negativos al 6 por ciento. Con la resonancia, los falsos positivos y negativos bajaban hasta el 9 por ciento. Cuando se efectuaron los dos test, los falsos positivos eran el 5 por ciento y los negativos suponían el 3 por ciento.
Goldstein añade que se deben llevar a cabo ambas técnicas, ya que la endarterectomía es efectiva si se seleccionan correctamente los pacientes. Con una buena selección, se reducen las complicaciones que implica la intervención.