La hipertensión arterial (HTA) ha sido agudamente definida como la "asesina silenciosa" y es una de las patologías más sufridas en el mundo entero.
La HTA esencial (95 - 98% de los casos) parece estar asociada con varios factores de riesgo (herencia, raza, edad, sexo masculino, estrés, resistencia a la insulina, obesidad, exceso de ingesta de sodio y/o alcohol e inactividad física entre otros). Actualmente, además parece haberse definido una clara asociación entre HTA, diabetes tipo II (DBT II), obesidad y coronariopatía, cuyo nudo gordiano estaría representado por la resistencia a la insulina.
¿Qué papel desempeña el sedentarismo y su contraparte, la realización periódica de ejercicio, en la prevención y tratamiento de la HTA?
Ya en 1989 la OMS y la Sociedad Internacional de HTA, en su revisión de normas para el tratamiento de la HTA leve, incluyeron por primera vez la recomendación de ejercicio físico dentro de las medidas no farmacológicas para disminuir los valores elevados de tensión arterial (TA).
En 1992, la OMS y la Liga Internacional de HTA elaboraron un método definido para la utilización del ejercicio como medida antihipertensiva. Actualmente, los mecanismos por los cuales el ejercicio físico actúa sobre los valores de TA permanecen sin aclarase totalmente (tal como permanecen oscuros los mecanismos y causas de la propia HTA esencial), pero existe un consenso general sobre el valor del ejercicio en la prevención y tratamiento de la HTA.
El estudio de los posibles mecanismos asociados con el efecto antihipertensivo del ejercicio físico constituye un campo fascinante e intrincado de investigación. Entre las aseveraciones mas aceptadas en la HTA esencial puede decirse que la misma es una enfermedad predominantemente del sistema vascular periférico y que, casi con seguridad, su etiología es multifactorial. Este último concepto es el que parece asociarse particularmente con el ejercicio. Es decir los mecanismos subyacentes del ejercicio que se asocian con su efecto antihipertensivo también podrían explicarse basándose en una teoría multifactorial que incluiría diversos niveles y acciones tales como: factor hemodinámico (volumen minuto y/o resistencia periférica), sistema nervioso simpático, acción sobre los niveles insulínicos, variaciones electrolíticas, sistema renina-angiotensina-aldosterona, factores neurales y barorreceptores, prostaglandinas, cambios vasculares estructurales y otros.
Más allá de los mecanismos implicados, la respuesta aguda de la TA al ejercicio ha comenzado a evaluarse desde hace un tiempo como factor predictivo del desarrollo posterior de HTA en individuos normotensos que presentan una respuesta exagerada de TA, sin embargo hasta el presente no hay una evidencia clara y mayores estudios son requeridos. Por su parte dentro de los efectos crónicos del ejercicio sobre la TA deben evaluarse el entrenamiento de resistencia y el uso de entrenamiento de sobrecarga. En el primer caso se han establecido, con cierto grado de confianza, algunos hechos y suposiciones de importancia, tales como que con un mismo programa de ejercicio la disminución de la TA es mayor en sujetos hipertensos que en normotensos o hipertensos limítrofes y que el ejercicio físico es un factor independiente para el control de la HTA esencial. Por su parte los efectos del entrenamiento de fuerza sobre la TA han sido recientemente cuestionados.
Durante mucho tiempo se desaconsejaba este tipo de ejercitación a personas hipertensas, sin embargo investigaciones recientes aún sin alcanzar certeza definitiva, parecen apoyar la utilidad del entrenamiento con pesas en pacientes hipertensos siguiendo ciertas directrices (por ejemplo una serie por ejercicio, 8 a 10 repeticiones, peso del 40 al 50% del máximo alcanzado con una repetición individual y no sobrepasando los 100 mmHg de TA diastólica y los 150 mmHg de TA sistólica).
Como quiera que sea, la problemática establecida sobre los mecanismos subyacentes, las utilidades predictivas, preventivas y terapéuticas del ejercicio sobre la HTA esencial conforman un rico campo tanto de investigación como de debate.
* Ambos profesionales son Editores Responsables de IntraMed en la especialidad de Medicina del Deporte.