-¿Cuál cree usted que es la relación que establecen los profesionales médicos con las nuevas tecnologías en comunicación?
-Creo que la tecnología avanza tan rápido que, desde que conocimos sus posibilidades, comenzamos a usarla y comprendimos sus alcances estamos un poco apabullados, en el sentido de que no sabemos a donde vamos a llegar. Es otra era. Ahora les decimos a los jóvenes que tienen que saber informática y un idioma, independientemente de la profesión que elijan. Internet pasa a ser un léxico que tiene que ser adoptado para poder comunicarnos. Al principio, al equipo de salud le costó incorporar la computación: aun el hecho de tener una computadora.
-¿Considera que la transmisión de conocimientos ha cambiado a partir de la llegada de Internet?
-Antes, en medicina decíamos que los conocimientos cambiaban cada 5 años. Transmitir el conocimiento e imponerlo nos llevaba entre 10 y 15 años; ahora, con Internet todo ocurre en tiempo real, inmediato.
-¿Le parece que estas nuevas tecnologías ofrecen un acceso a la capacitación más democrática y global?
-La idea general que se me presenta es que, así como no se reemplazó al periódico por la radio, ni la televisión ocupó el lugar de la radio ni del periódico, ahora se ha incorporado un elemento más. Internet es una herramienta más en la formación del equipo de salud. La computadora pasó a ser parte del equipamiento institucional básico. Ya no se admite una institución de salud, asistencial, que no esté informatizada. Para los médicos esto implica un gran beneficio ya que, además de gerenciar o archivar sus datos e historias clínicas, pueden estar comunicados con otras personas o instituciones. Cualquier médico de un pueblito que tenga electricidad y teléfono (por supuesto, primero hay que trabajar para que todos tengan cloacas, luz y teléfono) puede estar informado de lo que ocurre en el mundo. También puede hacer consultas, transmitir datos, obtener una segunda opinión. Si hacemos el cálculo del ahorro en horas-hombre de trabajo y consideramos el traslado del facultativo, del enfermo, el gasto del tiempo útil, nos damos cuenta de que todo eso desaparece. Por ejemplo, en EEUU, un radiólogo recibe en su casa las imágenes de una tomografía o de una resonancia e informa sus opiniones desde allí. Lo mismo pasa con la segunda consulta: frente a un tema problemático se pueden recabar varias opiniones de distintos centros. Pensemos en la cantidad de gente que se traslada por temas que quizá se puedan resolver con una maniobra sencilla.
-Es notable la explosión de portales de salud que brindan distintos servicios, ¿usted cree que la AMA tiene que dictar reglas para que tanto los médicos como la comunidad puedan discriminar los sitios con información de calidad de los que no la tienen?
-Creemos que hay una explosión de portales y que, a la larga, van a quedar muy pocos: los que tengan respaldo científico. Va a haber portales específicos para el equipo de salud y otros para la población. Habrá temas referidos a educación para el médico y otros exclusivamente comerciales. Nosotros hicimos un convenio en Chicago (EE.UU.) con la American Medical Asociation hace dos meses y, entre los temas fundamentales, fijamos las pautas ético-morales sobre el manejo de la información en la red. Estamos muy preocupados por el tema de la confidencialidad que peligra, ya que el ingreso de personas no autorizadas (hackers) podría vulnerar la reserva que el acto médico debe tener. Es cierto que en una consulta por Internet se pierde el valor afectivo de la relación medico-paciente, pero no debe perder la norma de reserva de los datos de cada paciente. También nos preocupa la venta on line de medicamentos. Nos hemos tomado el trabajo de confeccionar pautas para la Argentina en el manejo de Internet con respecto a la salud, que coinciden básicamente con las de la American Medical Asociation en temas éticos y legales.
-¿Qué opinión le merece la calidad de la información que se publica?
-No todo lo que se publica es cierto. De ahí la importancia del respaldo de las organizaciones científicas. Estamos viendo, hasta en revistas científicas, artículos que no representan con exactitud lo que ocurre. Basadas en información de tipo bibliográfico se toman decisiones, cuando muchas de esas publicaciones no muestran la realidad. Tenemos que tener mucho cuidado porque a veces se puede dirigir una conducta por una cuestión de moda. La reiteración de una información incorrecta puede deformar la verdad. Es por ello que los portales van a tener que estar respaldados por asociaciones científicas o personas de reconocida trayectoria, no solamente por su conocimiento médico específico, sino también por sus valores éticos y morales.
-¿Qué ocurre con la relación entre el médico y el paciente cuando éste tiene abundancia de información?
-Los que trabajamos en especialidades de alta complejidad tratamos con personas de esas características a diario. Nuestros pacientes en general han consultado a muchos facultativos, y ya vienen a vernos con información de Internet. Pero hay algo que no puede ser reemplazado, que es el acto médico. Hay que buscar que a la población le llegue una información ordenada, que no le genere confusión. Que el paciente venga sabiendo cosas no molesta; además, esos enfermos que consultan Internet son generalmente tan inteligentes que saben que, a la larga, es el médico el que tiene que tomar la decisión basado no solo en su conocimiento sino también en toda su experiencia, que no es transmisible a través de la red. Insisto: no se va a poder hacer medicina si no se mantiene la relación medico paciente.
-Usted comentó al principio de la entrevista la dificultad de los médicos para incluirse en el mundo de la tecnología informática, ¿cómo ve ese proceso en la actualidad?
-Imponer un pensamiento lleva muchos años. Usted puede tener una idea, pero hasta que la desarrolla y la impone no pasan menos de diez años. En los últimos años se ha formado mucha gente joven que ya es profesional, y la mayoría maneja estas herramientas. Muchos de los mayores se modernizaron, sobre todo los que están en docencia y en actividades de conducción, pero el gran avance es el cambio de generación. Se nota la importancia que las facultades públicas y privadas le dan al manejo de la computación para los estudiantes de medicina. Nosotros tuvimos que acostumbrarnos a que el hombre podía llegar a la Luna aunque no lo pudiéramos creer, pero para estos que acostumbrarnos a que el hombre podía llegar a la Luna aunque no lo pudiéramos creer, pero para estos chicos la imformática es natural, normal, y no entienden como algunos medicos no la saben usar.
-¿Cuáles son los proyectos de la AMA en este sentido?
-Hemos tenido muchas gratificaciones, hemos trabajado mucho en teleconferencias y vemos como va cambiando la tecnología: empezamos con las conferencias satelitales y ahora estamos con las teleconferencias por internet. La AMA está tratando de incorporar todos esos temas, quisiéramos trabajar más en conjunto para hacerlo mas rapido. Nuestra idea es utilizar la broadcasting en trasmiciones de educación simultánea, aprobechando toda la tecnología de la fibra óptica que aún no se explota. Necesitamos pequeños gestos para poder llegar a todo el país y hacer educación médica. Internet nos presenta la ventaja de que podemos dirigirnos a todo el mundo: por eso estamos proyentando no solo para nosotros sino para todos los que quieran sumarse a nosotros.
* Profesor titular de Cirugía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. Doctor en Medicina (Tesis Cáncer de Pulmón - 1960). Director de la Carrera de Especialistas en Cirugía Torácica (UBA). Director General de Atención Médica (GCA Bs.As.). Presidente de la Asociación Médica Argentina.