¿A qué edad es recomendable comenzar a usar dispositivos móviles?

Infancia y tecnología

La AEP emitió un comunicado respecto a este tema de debate social.

La tecnología hoy es parte de nuestras vidas, y también parece serlo —cada vez a más temprana edad— de la de los niños y adolescentes. Sin embargo, la edad de uso de dispositivos móviles es un tema de debate social. 

Tal es así que, frente a las propuestas de algunos sectores sociales, educativos y grupos de familias de retrasar la adquisición de un dispositivo más allá de los 12 años y limitar su uso por debajo de los 16 años, la Asociación Española de Pediatría (AEP) emitió un comunicado. 

El grupo de trabajo de Salud Digital del Comité de Promoción de la Salud de la AEP compartió las siguientes consideraciones

  1. El mensaje de que el uso del móvil por parte de los niños y adolescentes sin una instrucción previa y sin un control por parte de los padres tiene efectos muy negativos para su salud está calando en la sociedad. El mal uso de la tecnología digital afecta a la salud física, mental, sexual y social. En la infancia y en la adolescencia también afecta al neurodesarrollo y al aprendizaje. 

  1. Los estudios científicos no han demostrado, por el momento, que las prohibiciones indiscriminadas en el uso de los dispositivos móviles supongan un beneficio para la salud de los niños y adolescentes. 
     
    El peso que tiene la edad a la que se empieza a usar el dispositivo es relativo respecto a otros factores con mayor influencia como: 
    -el uso que los progenitores hacen de los dispositivos 
    -el tipo de contenido que se visualiza 
    -el acompañamiento que hacen los padres y madres a los niños mientras usan los dispositivos 
    -los momentos y los lugares en los que se utilicen 
    -la madurez de cada niño o niña al comenzar a usar las pantallas 
     
    Pensar que, sólo instaurando una prohibición, el problema del uso inadecuado de los teléfonos móviles se va a resolver, puede hacer que no se haga hincapié por parte de las familias y las instituciones en estos otros factores.  

  1. La AEP sí considera necesario que se desarrolle una normativa que exija a las aplicaciones dirigidas a niños el cumplimiento de ciertas obligaciones. Por ejemplo, que vengan acompañadas de recomendaciones de acuerdo con la edad de los usuarios, de tiempo de uso que no exceda el tiempo aconsejable para cada grupo de edad, que no puedan utilizar los datos de menores para personalizar publicidad, etcétera.  
     
    Igualmente, consideramos que se deban instaurar medidas para que se cumpla regulación actual en cuanto a la limitación de edad en el uso de las redes sociales y que se desarrollen sistemas para que exista una limitación real de acceso por parte e los menores a contenido adulto. No todas las familias tienen la capacidad ni el nivel educativo para proteger en la misma medida a sus hijos, una situación que afecta en mayor medida a las de entornos más desfavorecidos.  

  1. Proteger a la infancia y la adolescencia de los potenciales riesgos de las pantallas requiere una acción colectiva y consensuada entre los progenitores, los centros escolares, las instituciones encargadas de la protección a la infancia, las empresas tecnológicas y la sociedad en general.  

  1. Reducir el impacto negativo de los medios digitales sobre la salud infanto-juvenil precisa educación y formación tanto a la infancia y a la adolescencia, como a los padres, a los educadores y a la sociedad en generales, y estas deben apoyarse en la evidencia científica más actualizada.  

En esa línea, desde la AEP remarcaron además que los pediatras están comprometidos con “la protección de la salud de la infancia y la adolescencia”, así como también “a disposición de las familias para ayudar a resolver las dudas acerca de estas cuestiones”. 

“La clave es aprender a hacer un uso saludable de los dispositivos digitales a cualquier edad”, expone la asociación en su Plan Digital Familiar, postura también avalada por la Agencia Española de Protección de Datos.