Introducción
Las lesiones perivasculares isquémicas retinales (RIPL), representan atrofia focal de la retina media o capa nuclear interna. Estas lesiones son un legado de la maculopatía media aguda paracentral (MAPM), que se cree que ocurre debido a la susceptibilidad preferencial de la capa nuclear interna, a nivel del plexo capilar profundo, a la isquemia.
La hipoperfusión retiniana puede ocurrir secundariamente a una disminución del flujo sanguíneo aferente hacia el plexo capilar retiniano en pacientes con diversos trastornos, como fracción de eyección baja, estenosis de la arteria carótida, formación de trombos o émbolos o estasis vascular, todos los cuales se han asociado con MAPM. Por lo tanto, el ojo puede manifestar la evidencia más temprana de isquemia debido a una enfermedad sistémica a nivel de la retina media, que es sumamente sensible a cambios sutiles en el flujo sanguíneo.
Aunque tanto MAPM como RIPL se pueden visualizar fácilmente de una manera no invasiva, utilizando exploraciones de tomografía de coherencia óptica de dominio espectral (SD‐OCT), solo las lesiones perivasculares isquémicas retinales (RIPL) son permanentes. Las lesiones MAPM hiperreflectantes son transitorias y generalmente se resuelven en un período de 6 semanas, pero dejan un legado de adelgazamiento de la capa nuclear interna, con una expansión compensatoria de la capa de fibras de Henle. Por lo tanto, las lesiones perivasculares isquémicas retinales (RIPL) representan un biomarcador de imagen accionable que puede aprovecharse para detectar isquemia en la retina.
La tomografía de coherencia óptica (OCT) es una herramienta omnipresente con una rápida adquisición de imágenes. La detección de lesiones perivasculares isquémicas retinales (RIPL) con OCT es un proceso simple que podría tener ramificaciones más allá de la clínica oftalmológica. La detección de RIPL puede proporcionar un punto de entrada para la práctica médica general en el manejo de la salud cardiovascular y puede ayudar a identificar a aquellos que se beneficiarían de pruebas de diagnóstico adicionales y específicas.
La enfermedad de las arterias coronarias puede coexistir con otras afecciones cardiovasculares, que también pueden provocar hipoperfusión retiniana.
Una comorbilidad común es la fibrilación auricular, ya que entre el 17 % y el 46 % de los pacientes con fibrilación auricular también tienen enfermedad de las arterias coronarias. La fibrilación auricular es un trastorno del ritmo cardíaco y puede provocar estasis sanguínea y formación de émbolos. Las personas con fibrilación auricular tienen un riesgo 5 veces mayor de ictus, en comparación con la población general, riesgo que puede mitigarse con anticoagulación.
Por lo tanto, es importante la detección precoz de la fibrilación auricular, antes del desarrollo de secuelas de la enfermedad. En el presente estudio, buscamos determinar si las lesiones perivasculares isquémicas retinales (RIPL) están asociadas con la fibrilación auricular, independientemente de la cardiopatía isquémica subyacente. Es importante identificar si existe esta asociación, ya que puede ayudar a informar a los médicos sobre la evaluación médica adecuada que se necesita para un paciente que se presenta a la clínica de oftalmología y se encuentra incidentalmente que tiene RIPL en OCT.
Antecedentes
Anteriormente demostramos que las lesiones perivasculares isquémicas de la retina (RIPL), que son indicativas de isquemia en la retina media, pueden ser un biomarcador de enfermedad cardiovascular isquémica. En este estudio, buscamos determinar la relación entre las RIPL y la fibrilación auricular, una fuente común de embolia cardíaca.
Métodos y Resultados
En este estudio de casos y controles, identificamos individuos entre las edades de 50 y 90 años que se habían sometido a imágenes de tomografía de coherencia óptica de dominio espectral macular.
Se identificaron individuos con fibrilación auricular y se seleccionaron como controles individuos de la misma edad y sexo del mismo grupo, pero sin un diagnóstico de fibrilación auricular.
Las exploraciones de tomografía de coherencia óptica de dominio espectral fueron revisadas por 3 observadores independientes y enmascarados para detectar la presencia de RIPL. La relación entre las RIPL y la fibrilación auricular se analizó mediante modelos de regresión logística multivariable.
Hubo 106 y 91 sujetos con y sin fibrilación auricular, respectivamente. El porcentaje de sujetos con RIPL fue mayor en el grupo de fibrilación auricular en comparación con el grupo control (57,5 % frente a 37,4 %; p = 0,005).
Después de ajustar por edad, sexo, antecedentes de tabaquismo, hipertensión, diabetes, enfermedad arterial coronaria, estenosis carotídea, accidente cerebrovascular e infarto de miocardio, la presencia de RIPL se asoció significativamente con la fibrilación auricular, con una razón de probabilidad de 1,91 (IC del 95 %, 1,01). –3,59).
Conclusiones Las lesiones perivasculares isquémicas de la retina (RIPL) se asocian significativamente con la fibrilación auricular, independientemente de la cardiopatía isquémica subyacente o de los factores de riesgo cardiovascular. Esta asociación puede informar el estudio cardiovascular de diagnóstico para personas con RIPL detectadas incidentalmente en una tomografía de coherencia óptica de la mácula. |
Perspectiva Clínica
¿Qué es nuevo?
- En este estudio de casos y controles, la presencia de lesiones perivasculares isquémicas en la retina se asoció significativamente con la fibrilación auricular, independientemente de la cardiopatía isquémica subyacente y otros factores de riesgo cardiovascular.
¿Cuáles son las implicaciones clínicas?
- Esto puede ayudar a informar el estudio cardiovascular de los pacientes que incidentalmente tienen lesiones perivasculares isquémicas en la retina en tomografías de coherencia óptica.
- Se necesitan futuros estudios prospectivos para confirmar esta asociación y determinar el momento de desarrollo de las lesiones perivasculares isquémicas retinianas en pacientes con fibrilación auricular.