Guía elaborada por pediatras, España

Afrontar una separación y prevenir secuelas emocionales en los hijos

El Comité de Promoción de la Salud de la Asociación en Española de Pediatría (CPS-AEP) elaboró un manual dirigido a todos los tipos de familias y los profesionales que las atienden en este proceso.

En el marco del  69° Congreso de la Asociación Española de Pediatría (AEP), el Comité de Promoción de la Salud elaboró un manual para afrontar una separación de forma amistosa y prevenir secuelas emocionales en los hijos. El mismo está dirigido a todos los tipos de familias y los profesionales que las atienden en ese proceso, que a veces dura años.

La separación y divorcio, y los conflictos previos, son una fuente de estrés emocional que puede acarrear una desregulación importante en los miembros de la familia. Si se aborda de forma amigable será más fácil que haya un buen ajuste a la nueva situación familiar”, explicó la doctora Lefa S. Eddy, pediatra y psiquiatra infanto-juvenil, miembro del CPS-AEP y secretaria de la Sociedad de Psiquiatría Infantil de la AEP (SPI-AEP).

Cada vez es más frecuente que los padres se separen o divorcien. Según el Instituto Nacional de Estadística de España, en el año 2021 hubo más de 86.000 divorcios, 12,5% más que el año anterior. Asimismo, la custodia compartida fue otorgada en un 43% de los casos de divorcio y separación de parejas con hijos.

Un divorcio puede repercutir en la vida de los niños de forma psicoemocional, académica, social y económica. De hecho, se considera que hay doble riesgo de sufrir psicopatología en los niños cuyos padres se han separado.

Los pediatras recuerdan que el divorcio es un proceso doloroso, “con un impacto especialmente marcado en la adolescencia, ya que a esa edad se percibe la discrepancia que hay entre los valores que la familia y sociedad predican, y lo que practican”, apunta la doctora S. Eddy. Las niñas sufren más problemas de ansiedad y depresión, mientras que los chicos presentan más problemas conductuales

En cuanto a la pareja, la separación puede crear sentimientos como ansiedad, estrés, labilidad emocional, pérdida de autoestima. Sin duda, el estado emocional de los padres también repercutirá sobre el de los hijos.

Manifestación del malestar emocional del niño

La sintomatología suele variar según la edad y sexo del hijo. Algunas manifestaciones del malestar emocional del niño/a son las siguientes:

  • Problemas emocionales: irritabilidad y llanto o incluso cuadros de ansiedad y depresión.
  • Somatizaciones: que pueden ser de tipo gastrointestinal (vómitos, diarrea, estreñimiento, gastralgia), neurológico (tics nerviosos, balanceo, regresión en el neurodesarrollo), dermatológico (eccema, aftas, empeoramiento del acné).
    Será el profesional médico el que valorará si la afección es física o es una somatización.
  • Problemas de comportamiento: desobediencia, agresividad, consumo de tóxicos.
  • Trastornos de eliminación: enuresis, encopresis, sobre todo en los niños más pequeños.
  • Trastornos del sueño: tanto de iniciación como de mantenimiento.
  • Accidentes: mayor propensión a sufrirlos debido tanto a la falta atencional que se observa cuando hay problemas emocionales, como por una conducta impulsiva que suele haber cuando hay problemas de comportamiento.

La Sociedad Española de Pediatría comparte el Manual de ayuda del CPS "Nos vamos a separar: cómo ayudar a nuestros hijos", para que la separación sea lo más amigable o menos perjudicial posible para todos los miembros de la familia, pero sobre todo para los hijos que sufrirán las consecuencias pudiendo dejar secuelas emocionales durante años.