Introducción
Durante la pandemia de COVID-19, se implementaron varias medidas de higiene en el fútbol y otros deportes de equipo para reducir la transmisión del SARS-CoV-2. La efectividad de estas medidas tiene ciertas limitaciones, de las cuales el incumplimiento es significativo. Una vez que un atleta ha sido infectado, surge la pregunta de si esto ha sucedido en relación con el deporte de equipo que se juega o en un entorno diferente.
Para una mejor distinción entre estas dos fuentes, el análisis de los contactos relevantes para la transmisión se puede utilizar como un enfoque razonable para evaluar el riesgo de infección del deporte respectivo. En el fútbol, existen algunos estudios sobre los patrones de contacto específicos y el riesgo potencial de transmisión de enfermedades respiratorias en la cancha.
El tiempo de exposición promedio por pareja de individuos en un partido de fútbol profesional fue de 32 segundos, evaluado mediante un sistema de seguimiento.
En un análisis de video de tres partidos con 18 jugadores de fútbol positivos para el SARS-CoV-2 potencialmente infecciosos, el contacto con la mucosa de la boca, la nariz y los ojos (fuente potencial de transmisión del virus) en los jugadores infectados fue menos frecuente que los reportados en situaciones cotidianas.
Un análisis más extenso basado en video de 50 partidos de fútbol mostró que las acciones típicas de los jugadores asociadas con una mayor producción de aerosoles y gotas (hablar, gritar, escupir) eran muy raras.
En el rugby, a pesar de la participación de tackle y otras interacciones, no se detectó transmisión de SARS-CoV-2 en 128 jugadores expuestos a 8 jugadores infectados durante cuatro partidos.
Teniendo en cuenta el pequeño número de jugadores infectados en estudios anteriores, el objetivo de este estudio era investigar el riesgo de transmisión en un mayor número de jugadores de fútbol positivos para el SARS-CoV-2 potencialmente infecciosos que participaban inadvertidamente en entrenamientos o partidos basados en un sistema de informes a nivel nacional, búsqueda de medios y análisis de video.
Objetivo
Investigar el riesgo de transmisión entre jugadores de fútbol positivos al SARS-CoV-2 potencialmente infecciosos mientras participan en entrenamientos o partidos a nivel amateur, juvenil y profesional.
Métodos
Entre agosto de 2020 y marzo de 2021, los jugadores de fútbol que dieron positivo al SARS-CoV-2 y participaron en partidos o entrenamientos durante el período de posible contagio fueron identificados a través de una búsqueda en los medios (nivel profesional) y un registro nacional en Alemania (nivel amateur y juvenil) para determinar los síntomas, el origen de la infección y las medidas de higiene adoptadas.
La definición de jugadores potencialmente infecciosos se basó en el momento de una prueba de PCR positiva y la aparición de los síntomas. Los contactos relevantes para la transmisión en el campo se evaluaron mediante un análisis de video doblemente revisado.
Resultados
De los 1247 partidos de fútbol y entrenamientos identificados (1071 nivel amateur y juvenil, 176 nivel profesional), se detectaron 104 casos (38 entrenamientos, 66 partidos) con 165 jugadores potencialmente infecciosos.
Las pruebas de PCR de seguimiento a nivel profesional (44 casos) no revelaron transmisión. A nivel amateur y juvenil, la combinación de pruebas de PCR parcial (31 de 60 casos) y el monitoreo de síntomas dentro de los 14 días posteriores a la exposición (46 de 60 casos) identificó 2 de 60 coincidencias en las que se produjeron infecciones de seguimiento que se atribuyeron a actividades no relacionadas con el fútbol. Esto es consistente con el análisis de video de 21 partidos que demuestran que los contactos frontales fueron <1 por jugador-hora (88%, 30 de 34 jugadores), cada uno de los cuales no duró más de 3 s.
Conclusiones
Tanto en los partidos de fútbol como en los entrenamientos, el riesgo de transmisión en el campo del SARS-CoV-2 es muy bajo en el fútbol amateur, juvenil y profesional (según datos de un registro nacional). Los hallazgos están respaldados por un análisis de video integral, pruebas de PCR y monitoreo de síntomas, y son consistentes con la observación de que la transmisión del virus es mucho menor en exteriores que en interiores.
Los contactos físicos de jugadores positivos al SARS-CoV-2 durante los partidos de fútbol ocurrieron con poca frecuencia y fueron de corta duración, lo que indica que la proximidad a otros jugadores no parece ser suficiente para la transmisión del virus. Los focos de contagio entre los futbolistas se han encontrado en el ámbito privado y laboral, lo que debe tenerse en cuenta cuando se reinicie el entrenamiento y la competición.
¿Cuáles son los hallazgos?
¿Cómo podría impactar en la práctica clínica en el futuro?
Mensaje final: El riesgo de transmisión en el campo del SARS-CoV-2 en el fútbol es muy bajo. Lo más probable es que las fuentes de infección en los jugadores de fútbol no estén relacionadas con las actividades en el campo. |