Un estudio realizado en Tucumán suma evidencia sobre la respuesta inmune humoral a través del tiempo tras la administración de la vacuna Sputnik V: se comprobó la permanencia de anticuerpos tras los seis meses post vacunación.
El trabajo, realizado por investigadores del CONICET NOA Sur, el SIPORSA y la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) fue publicado como preprint en la revista The Lancet y se suma a los estudios independientes sobre la seguridad y eficacia de la vacuna de origen ruso, que aún espera su aprobación por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“El objetivo del trabajo era analizar la respuesta inmune humoral a través del tiempo; la medimos en 602 trabajadores de la salud (que fueron los primeros en vacunarse), que recibieron SPUTNIK V entre diciembre de 2020 y julio de 2021”, explicó Rosana Chehín, directora del Instituto de Investigación en Medicina Molecular y Celular Aplicada (IMMCA), dependiente del CONICET, el SIPORSA y UNT. Añadió que los resultados fueron alentadores: se detectó seroconversión (es decir, desarrollo de anticuerpos) en el 97% de los individuos después de 28 días después de la vacunación (dpv).
Para el estudio se utilizó un test del tipo ELISA, que fue desarrollado 100% por los investigadores. “Este examen detecta anticuerpos IgG inducidos por la vacuna, y que neutralizan la entrada del coronavirus a las células humanas”, explicó Dieglo Ploper, microbiólogo del IMMCA.
“En estudios (tanto transversales como longitudinales), se detectó que ya 28 días de haber recibido la primera dosis, el 97% de los voluntarios poseía anticuerpos anti-RBD (que representan los más neutralizantes)” señaló Ploper. Y si bien agregó que, como ocurre con todas las vacunas, lentamente empezaron a disminuir, seguían presentes en el 94% de los voluntarios 90 dpv. Y seis meses (180 días) después de haberse vacunado, en los voluntarios aún se logró detectar anticuerpos en una buena proporción.
“Es importante destacar que esa disminución de los anticuerpos no implica ausencia de protección, ya que el organismo, además de anticuerpos, desarrolla una memoria inmunológica que nos protege de futuras infecciones”, resaltó el microbiólogo.
Entre los voluntarios, en aquellos que tuvieron una infección previa por SARS-CoV-2 provocó un aumento de la respuesta inmune a la primera dosis “y una mayor actividad de neutralización contra diferentes nuevas variantes de interés que circulan mundialmente”, añadió Ploper.
En síntesis, la investigación estableció que las personas recuperadas de Covid-19 que desarrollaron una buena respuesta inmune con la infección la mejoran con la vacunación; y que el lapso entre el diagnóstico de infección por el virus SARS-CoV-2 y la vacunación no influyó en los títulos de anticuerpos obtenidos.