Estudio en la NBA

La transmisión viral posterior a la COVID es rara

Un estudio de la NBA muestra que la transmisión viral posterior a la COVID es rara, incluso con un positivo

 

Puntos clave

Pregunta

¿Las personas que se han recuperado clínicamente de COVID-19 pero continúan dando positivo en la prueba aún transmiten el SARS-CoV-2?

Hallazgos

En este estudio de cohorte de 3648 participantes, los datos se recopilaron durante la reanudación de la temporada 2020 de la Asociación Nacional de Baloncesto en un entorno cerrado. Las personas que se recuperaron clínicamente de COVID-19 pero continuaron dando positivo no transmitieron el SARS-CoV-2 a otras personas, a pesar de la proximidad con las personas susceptibles.

Es decir, las pautas de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE. UU. para permitir la interrupción de las precauciones de aislamiento para personas asintomáticas después de 10 días desde el inicio de los síntomas o el primer resultado positivo de la prueba de reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa (RT-PCR), sin requerir una prueba de RT-PCR negativa resultado, fue suficiente para prevenir la transmisión del SARS-CoV-2 en esta cohorte de 2020.

Resumen

Importancia Faltan datos clínicos sobre el riesgo de transmisión viral de personas que tienen resultados positivos de la prueba de reacción en cadena de la polimerasa con transcripción inversa (RT-PCR) SARS-CoV-2 después de la recuperación de COVID-19.

Objetivo

Describir las características de los casos, incluida la dinámica viral y la transmisión de la infección, para las personas que se han recuperado clínicamente de la infección por SARS-CoV-2 pero que siguieron teniendo resultados positivos tras la interrupción de las precauciones de aislamiento.

Diseño, entorno y participantes

Este estudio de cohorte retrospectivo utilizó datos recopilados desde el 11 de junio de 2020 hasta el 19 de octubre de 2020, como parte del programa de salud ocupacional de campus cerrado de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA) en Orlando, Florida, que requería RT- Pruebas de PCR y pruebas serológicas ad hoc para anticuerpos IgG contra el SARS-CoV-2. Cerca de 4000 jugadores, personal y proveedores de la NBA participaron en el programa de salud ocupacional regular y de postemporada de la NBA en Orlando.

Los casos positivos persistentes fueron aquellos que se recuperaron de una infección documentada por SARS-CoV-2, cumplieron con los criterios de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. Para la interrupción de las precauciones de aislamiento y tuvieron al menos 1 resultado positivo de RT-PCR posinfección.

Exposiciones-días-persona de participación en actividades interiores desenmascaradas que involucraron exposición directa entre casos positivos persistentes y personas no infectadas.

Principales resultados y medidas

Transmisión del SARS-CoV-2 después de la interacción con individuos positivos persistentes, según la medición del número de casos nuevos de COVID-19 en el programa del campus de Orlando.

Resultados

Entre 3648 personas que participaron, 36 (1%) fueron casos positivos persistentes, la mayoría de los cuales eran menores de 30 años (24 [67%]) y hombres (34 [94%]). Se detectaron anticuerpos en 33 individuos (91,7%); todos permanecieron asintomáticos tras el resultado de RT-PCR positivo persistente índice.

Los valores del umbral de ciclo para los resultados positivos persistentes de la prueba de RT-PCR estaban típicamente por encima del límite de detección de Roche cobas SARS-CoV-2. Los casos fueron monitoreados por hasta 100 días (media [DE], 51 [23,9] días), durante los cuales hubo al menos 1480 días-persona de actividades de exposición directa, sin eventos de transmisión o infecciones secundarias de SARS-CoV-2 detectadas (0 casos nuevos).

Conclusiones y relevancia

En este estudio de cohorte retrospectivo del programa de salud ocupacional de campus cerrado de la NBA 2020, las personas recuperadas que continuaron dando positivo en la prueba del SARS-CoV-2 después de la interrupción del aislamiento no fueron infecciosas para los demás.

Estos hallazgos respaldan las recomendaciones basadas en el tiempo de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de EE. UU. Para poner fin al aislamiento.


Comentarios

Unos jugadores de la NBA que estaban en aislamiento que se habían recuperado de la COVID-19, pero que seguían teniendo resultados positivos en la prueba del virus, no infectaron a los demás tras salir del aislamiento, encuentra un estudio reciente.

Que alguien que haya tenido COVID pueda infectar a los demás ha sido un miedo persistente, pero estos hallazgos de un equipo de la liga profesional de básquetbol sugieren que muchos que se recuperan pueden volver a tener contacto con los demás sin propagar el virus, señalan los investigadores.

"La reinfección con la COVID-19 es posible, sobre todo ahora con las nuevas variantes, y cada prueba positiva se debe tomar en serio", comentó la investigadora principal, Christina Mack, de IQVIA, Real World Solutions en Durham, Carolina del Norte.

Pero este estudio de 2020 mostró que unas pruebas sensibles, como la RT-PCR, quizá sigan dando un resultado positivo después de que las personas se hayan recuperado de la COVID. Pero en el ambiente del campus de la NBA, esas personas no eran infecciosas, apuntó Mack.

La temporada completa de 2019-2020, la NBA creó una "burbuja" en Orlando, Florida: un campus cerrado, gobernado por los protocolos científicos para proteger de la COVID-19.

Más de 3,500 personas vivían en el campus y estaban sujetos a sus protocolos. Todas recibían pruebas de RT-PCR a diario. Algunas se habían recuperado de una infección anterior de COVID.

"Estos individuos recuperados no estaban enfermos y no se observó que fueran contagiosos para los demás, sino que excretaban partículas virales a un nivel bajo que quedaba de su infección anterior", dijo Mack.

"Observamos que los individuos podían tener un resultado positivo durante hasta 118 días después del inicio de la infección, y, una vez más, muchos de estos individuos habían tenido un resultado negativo en la mayoría de los demás días alrededor de su prueba o pruebas positivas", señaló.

Entre los participantes, un 1 por ciento tenían un virus persistente, y la mayoría eran menores de 30 años y de sexo masculino. Se encontraron anticuerpos en un 92 por ciento de esos casos persistentes, y todos eran asintomáticos. Se vigiló a estas personas, y no hubo una transmisión viral a otros, reportaron los investigadores.

El Dr. Robert Glatter, un médico de emergencias del Hospital Lenox Hill, en la ciudad de Nueva York, no participó en el estudio, pero revisó los hallazgos.

"Los resultados de este estudio respaldan la premisa de que los individuos asintomáticos que han cumplido los criterios [de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU.] para la descontinuación del aislamiento, pero que tienen unos resultados persistentemente positivos en la prueba RT-PCR, no parecen ser infecciosos para los demás", observó.

Este hallazgo es importante, y puede ayudar a desarrollar un método para los deportes universitarios y de escuela secundaria que sea seguro para los jugadores y el personal deportivo, aseguró Glatter.

"El estudio también ilustra que una prueba de PCR debe tener un grado de infectividad vinculado para hacer una evaluación realmente precisa del estatus de COVID y el riesgo para los demás en la comunidad", añadió.

Las personas cuyos valores de infección son altos podrían tener restos de ARN viral pero no ser infecciosas y no plantear un riesgo para los demás, incluso con un contacto cercano, como el observado en el estudio, indicó Glatter.

Aunque las pruebas de PCR son las más precisas, dijo que las pruebas rápidas de antígenos podrían ser una buena alternativa para medir qué tan infeccioso podría ser alguien que se haya recuperado de la COVID.

"Las pruebas rápidas de antígenos pueden ser un método valioso para detectar una infección, dado que su utilidad aumenta con la repetición, lo que hace que sean bastante útiles desde un punto de vista de salud pública", concluyó Glatter.

El estudio aparece en la edición en línea del 22 de abril de la revista JAMA Internal Medicine.