Síndrome de Takotsubo | 31 ENE 21

Estrés cardiotóxico en la era del COVID-19

Revisión sistemática a partir de un caso clínico
Autor/a: Evan L O’Keefe, Noel Torres-Acosta, James H. O’Keefe, Jessica E. Sturgess, Carl J. Lavie, Kevin A. Bybee Clin Proc Inn Qual Out 2020;4(6):775-785
INDICE:  1. Texto principal | 2. Takotsubo y COVID-19
Texto principal
Introducción

Viñeta clínica

El 2 de abril de 2020, una mujer de 56 años con antecedentes de hipertensión arterial y migrañas, presentó tensión aguda en el cuello y mandíbula, y disnea. Estos síntomas aparecieron mientras miraba un programa de noticias vespertino donde se comentaba sobre la enfermedad por COVID19 y la pandemia. Ella admitió sentirse extremadamente ansiosa y asustada por los informes e imágenes asociadas de la pandemia de COVID-19.

La paciente decidió consultar 17 horas después de iniciados los síntomas; su presión arterial inicial fue de 96/57 mm Hg, y el electrocardiograma (ECG) en de emergencia reveló anomalías del ST y de la onda T sugiriendo un síndrome coronario agudo (SCA). El nivel inicial de troponina fue de 1,91 ng/ml, y el nivel de prohormona N-terminal del péptido natriurético cerebral (NT-proBNP) fue 3261 pg/ml.

El cateterismo cardíaco urgente mostró arterias coronarias normales, sin estenosis ni disección.

El ecocardiograma reveló una fracción de eyección del ventrículo izquierdo (VI) (FEVI) de 39%, con acinesia extensa apical y segmento medial del VI con hipercinesia de los segmentos basales, u OTSVI con un gradiente máximo de 51 mm Hg y movimiento anterior sistólico de las valvas mitrales.

Los síntomas se resolvieron durante las primeras horas de hospitalización y transcurrió sin arritmias. Con estos datos se hizo el diagnóstico de Síndrome de Takotsubo (SnT), y fue dada de alta con prescripción de metoprolol y apixaban.

El ecocardiograma de seguimiento realizado al mes fue completamente  normal, con una FEVI de 75% y la resolución de todas las anomalías anteriores, incluidas las del movimiento sistólico de la pared anterior y el gradiente  dinámico del tracto de salida.


Caso de ejemplo.
(A) Electrocardiograma de admisión y (B) fotogramas ecocardiográficos telediastólicos y (C) telediastólicos de una mujer de 56 años que tenía síndrome de takotsubo causado por ansiedad por la pandemia de la enfermedad del coronavirus de 2019.

Síndrome de Takostsubo durante la pandemia COVID 19

El virus COVID19 continúa infectando a millones de personas en todo el mundo, con tasas catastróficas de morbilidad y mortalidad. Estos efectos adversos para la salud física son agravados por las  interrupciones dependientes de factores sociales, económicos y culturales que, en conjunto, provocan niveles marcadamente elevados de estrés psicológico y ansiedad en todo el mundo.

Durante la pandemia de COVID, el SnT se ha multiplicado 4,5 veces.

Todos los pacientes del estudio de Jabri et al que tenían diagnóstico de SnT durante la pandemia tuvieron resultados negativos de la PCR, con transcripción inversa para COVID-19. Por lo tanto, en este estudio de la Clínica Cleveland, el aumento del  SnT durante la pandemia probablemente haya estado causado por mayor estrés emocional y no por estrés fisiológico secundario al síndrome respiratorio agudo severo, causado por la infección por COVID-19. Sin embargo, el síndrome respiratorio agudo causado por la infección por COVID-19 también ha sido reconocido como causa del SnT.

*Ver  datos en página 2

Este artículo se basa en una revisión sistemática del SnT y la miocardiopatía por estrés, mediante una búsqueda bibliográfica en PubMed.

Clínica y fisiopatología

Puntos destacados

  • Definición: El SnT se ha convertido en un diagnóstico relativamente común en las prácticas de los médicos cardiovasculares. Se caracteriza por una disfunción sistólica y diastólica transitoria del VI en ausencia de lesión de la arteria coronaria correspondiente, generalmente con anomalías concomitantes del movimiento de la pared apical y del VI medio.
     
  • El síndrome de Takotsubo (SnT) es un síndrome mediado por estrés que resulta del aturdimiento metabólico del miocardio inducido por catecolaminas.
     
  • Aunque se considera benigno y autolimitado, el SnT tiene un pronóstico similar al del síndrome coronario agudo.
     
  • Se describen las estrategias de tratamiento para ayudar a los pacientes con SnT agudo y mejorar el pronóstico.
     
  • En la actualidad, no se ha probado ninguna terapia para prevenir la recurrencia del SnT.

El SnT, también conocido como síndrome del corazón roto, síndrome de abombamiento apical y miocardiopatía por estrés, se describió por primera vez en Japón en 1990. Debido a las similitudes en la presentación de la sintomatología, los hallazgos del ECG y las elevaciones de la troponina, el SnT suele imitar al SCA. No obstante, la asociación original y el sello característico de este proceso de la enfermedad es su estrecha asociación con el estrés psicosocial y la ausencia de enfermedad arterial coronaria obstructiva que explique la presentación clínica.

El estrés, tanto el psicosocial como el fisiológico, pueden alterar la regulación cardíaca neurohormonal normal, y no es solo la causa habitual del SnT sino también que pasó a ser considerado el tercer factor de riesgo más potente de infarto agudo de miocardio (IAM). Desde su descripción inicial, la asociación del SnT con el estrés psicosocial ha sido un aspecto fundamental del síndrome, como lo atestigua la gran proporción de pacientes con SnT que han recibido diagnóstico de trastorno por estresor psicosocial agudo concomitante, neurológico o psiquiátrico.

El SnT es un trastorno psicosomático prototípico en el que el tono adrenérgico excesivo procedente de aminas simpaticomiméticas endógenas o exógenas y otras alteraciones neurohormonales alteran la homeostasis miocárdica, causando disfunción del VI. Esto puede provocar inestabilidad hemodinámica, arritmias auriculares y ventriculares, insuficiencia cardíaca aguda e incluso shock, debido a la disfunción aguda del VI y vasodilatación profunda.

Los estudios informan eventos adversos graves en el 20% de los pacientes con SnT. Se estima que la mortalidad hospitalaria es de casi 2,0% a 5,6 %, mientras que las tasas de enfermedades cardiovasculares y eventos cerebrovasculares van desde el 5% al 10%.

Sin embargo, la verdadera carga global del SnT sigue siendo incierta, dada la falta de conciencia médica, la dificultad diagnóstica, las  presentaciones atípicas y variables, y la semejanza con el SCA.

Diagnóstico

En las últimas  3 décadas, el grupo demográfico predominantemente afectado sigue siendo el de las mujeres (85% al 90% de los casos).

Las mujeres >50 años tienen 5 veces mayor incidencia de SnT que las mujeres <55 años, con un riesgo 10 veces mayor que el de los hombres.

A pesar de representar solo el 0,02% de las hospitalizaciones, se cree que el SnT explica casi el 2% de todos los casos sospechosos de IAM con elevación del segmento ST (IAM-EST) y hasta un 10% de los casos sospechosos de IAM-EST en las mujeres. Esta superposición se debe al parecido clínico de las 2 condiciones.

El 76%, 47% y 8% de los pacientes con SnT ingresan por síntomas de dolor torácico, disnea y síncope, respectivamente. Como la conciencia del cuadro ha aumentado, también lo ha hecho la tasa de diagnóstico de SnT, pasando del 0,16% en 2005 a 2,2% de todos los IAM en 2012.

Hallazgos clínicos

La mayoría de los casos de SnT involucran a los segmentos apical y medio del VI, lo que suele imitar al IAM-EST, debido a la oclusión de la arteria coronaria izquierda y descendente anterior.

En un metaanálisis de 4.500 pacientes con SnT, la mayoría presentaba un ECG anormal, y el 44% mostró elevación del segmento ST; el 15% tenía descenso del segmento ST con progresión y prolongación del intervalo QT.

En el 91% de los pacientes con SnT se observó la atenuación del voltaje del ECG (por edema de miocardio transitorio), con retorno al voltaje normal 1 mes después. También se observó inversión de la onda T, asociada paradójicamente con un riesgo más bajo de taquicardia y fibrilación ventricular. Menos sorprendente, expresan los autores, es que los pacientes con SnT que tienen un ritmo no sinusal tienen mayor riesgo de eventos adversos cardio y cerebrovasculares mayores.

Las elevaciones del nivel de troponina se observan en casi el 90% de los pacientes con SnT y alcanzan un valor pico medio de 1,1 ng/ml. Aunque los niveles iniciales de troponina en el SnT son similares en a los de los pacientes con SCA, en este último, los niveles posteriores aumentan 6 veces mientras que en el SnT de aumentan solo 1,8 veces.

En general, debido a la presentación clínica ambigua del SnT, en el contexto de las elevaciones de la troponina, la elevación del segmento ST y las alteraciones de la onda T, sugieren isquemia coronaria o IAM. Para distinguir el SnT del SCA, a menudo se requiere una angiografía coronaria. En ésta, una minoría (15%) de pacientes con SnT mostrará una arteriopatía coronaria oclusiva, pero en general, este hallazgo no explica la distribución de las  anomalías de la pared ventricular.

Sin embargo, una característica bien descrita del SnT es que las tan notables anomalías del movimiento de la pared ventricular y el grado de disfunción del VI son desproporcionadas con la elevación de la troponina y no corresponden a una distribución típica de la arteria coronaria.

Es posible que se requieran imágenes por resonancia magnética (RM) cardíaca para diferenciar entre el SCA, el SnT y otras potenciales etiologías, como la miocarditis. De hecho, la RM cardíaca es el criterio estándar para diagnosticar el SnT, debido a su capacidad para revelar el edema miocárdico característico, sin realce tardío de gadolinio.

A modo de comparación, en el IAM agudo, la RM típicamente muestra un realce tardío del gadolinio en una distribución coronaria típica. El SnT tiene una forma reversible única de disfunción sistólica y diastólica del VI. El 90% de los pacientes con SnT tiene una FEVI reducida y una FEVI media del 40%; en el 93% de los pacientes se observa una presión telediastólica del VI elevada. La anormalidad del movimiento de la pared de los segmentos apical y medio-apical es más común, y representa el 82% de los casos. El SnT medioventricular está presente en el 14%, mientras que el SnT basal y focal, en el 2.2% y 1.5%, respectivamente.

El aumento del nivel de NT-proBNP asociado al SnT es comparable al observado en la insuficiencia cardíaca descompensada. Por otra parte, los niveles máximos de NT-proBNP en los pacientes con SnT se correlacionan con la gravedad de la disfunción sistólica del VI, así como el grado de hiperactivación simpática y el pronóstico a largo plazo.

Patogenia del síndrome de Takobsubo

Actualmente, la hipótesis principal es que se trata de un síndrome mediado por el estrés, que resulta de la alteración metabólica del miocardio inducida por las catecolaminas. La respuesta al estrés produce una reducción del tono vagal en combinación con los niveles elevados de catecolaminas, endotelina y cortisol.

Como se observa en el feocromocitoma o con el consumo de aminas simpaticomiméticas terapéuticas o de uso recreativo, los niveles sanguíneos de catecolaminas se elevan, pudiendo ser cardiotóxico. Con la elevación del tono adrenérgico, las biopsias endomiocárdicas revelan un patrón de necrosis de la banda de contracción que resulta de la elevación de las catecolaminas miocárdicas, un patrón de lesión que también se observa en el SnT. En estos pacientes, las elevaciones de las catecolaminas no solo se hallan sustancialmente por encima de la línea de base, sino que casi son 2 veces superiores a los registrados en los casos de IAM.

Varios estudios han informado que las aminas simpaticomiméticas, incluidas la epinefrina o la dobutamina intravenosas, y los agentes orales para el trastorno de hiperactividad por déficit de atención, cocaína intranasal e, incluso, broncodilatadores ß-agonistas inhalados, pueden desencadenar anomalías en el movimiento de la pared del VI, además de síntomas característicos del SnT. Los inhibidores de la recaptación de norepinefrina y serotonina también pueden desencadenar el SnT, probablemente debido al aumento de los niveles de noradrenalina y dopamina.

 

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