Antecedentes
Aunque el entrenamiento físico reduce la presión arterial (PA) en el consultorio, hay menos evidencia disponible sobre si estos beneficios también se aplican a la presión arterial ambulatoria (PA), que es un predictor más fuerte de enfermedad cardiovascular y mortalidad.
El presente estudio tiene como objetivo evaluar los efectos del entrenamiento físico sobre el ABP en pacientes con hipertensión sobre la base de la evidencia de ensayos controlados aleatorios.
Métodos y resultados
Se realizó una búsqueda sistemática de ensayos controlados aleatorizados sobre el tema mencionado anteriormente en PubMed y Scopus (desde el inicio hasta el 1 de abril de 2020). La diferencia de medias entre las intervenciones (junto con el IC del 95%) para la PA sistólica y diastólica se evaluó mediante un modelo de efectos aleatorios.
Se realizaron subanálisis atendiendo a (1) si los participantes estaban tomando fármacos antihipertensivos y (2) modalidades de ejercicio.
Quince estudios (incluidos 910 participantes con hipertensión) cumplieron los criterios de inclusión. Las intervenciones duraron de 8 a 24 semanas (3-5 sesiones / semana).
El ejercicio redujo significativamente las 24 horas (PA sistólica, −5,4 mm Hg; [IC del 95%, −9,2 a −1,6]; PA diastólica, −3,0 mm Hg [−5,4 a −0,6]), durante el día (PA sistólica, −4,5 mm Hg [−6,6 a −2,3]; PA diastólica, −3,2 mm Hg [−4,8 a −1,5]) y PA nocturna (PA sistólica, −4,7 mm Hg [−8,4 a -1,0]; PA diastólica, −3,1 mm Hg [-5,3 a -0,9]).
Comentarios
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