La pandemia global COVID-19 se presenta con una amplia gama de manifestaciones clínicas, que incluyen pruebas bioquímicas, ecocardiográficas y electrocardiográficas (ECG) de afectación miocárdica. Sin embargo, no se ha descrito bien la aparición de arritmias auriculares en pacientes con esta infección y cómo estas arritmias afectan el curso clínico de los pacientes con COVID-19.
En un protocolo aprobado por la Junta de Revisión Institucional, analizamos los ECG de 12 derivaciones y la telemetría de todos los pacientes ingresados en el Hospital de la Universidad de Alabama en Birmingham entre el 29 de febrero de 2020 y el 10 de abril de 2020, con reacción en cadena de la polimerasa (SARS comprobado) Infección por CoV-2.
Se ingresaron 115 pacientes con COVID-19, incluidos 69 pacientes ingresados en la unidad de cuidados intensivos médicos (MICU) y 46 pacientes ingresados en una sala de medicina general. La edad fue de 56 ± 17 años, incluyendo 54% hombres. Había 64 afroamericanos, 41 blancos y 10 asiáticos o hispanos.
Las comorbilidades subyacentes incluyeron hipertensión en el 70%, tabaquismo actual o anterior en el 42%, diabetes en el 39%, enfermedad de las arterias coronarias en el 16%, enfermedad renal crónica en el 14% y enfermedad pulmonar obstructiva crónica en el 13%.
Se registró una taquiarritmia auricular que no había estado presente al ingreso en un ECG de 12 derivaciones posterior en 19 pacientes (16,5%), todos ingresados en la UCI (27,5% de los pacientes con UCI).
Por el contrario, ningún paciente ingresado en el servicio de internación general desarrolló arritmias auriculares (p = 0,00002).
Estas arritmias incluyeron:
En comparación con los pacientes sin taquiarritmias auriculares, aquellos con fibrilación auricular, aleteo o taquicardia tendían a ser mayores con concentraciones más altas de proteína C reactiva (PCR) y dímero D, pero tenían niveles similares de péptido natriurético cerebral (BNP) y niveles elevados de troponina de sensibilidad.
Cinco pacientes de la UCI informaron antecedentes de fibrilación auricular antes de la admisión, incluidos 3 de 19 que desarrollaron arritmias auriculares y 2 de 50 que no (p = 0,12).
Aunque no alcanzó significación estadística, los pacientes de raza blanca tendían a tener un mayor riesgo de desarrollar arritmias auriculares.
El uso previo de inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y bloqueadores de los receptores de angiotensina fue similar entre pacientes con y sin arritmias auriculares. No se observaron diferencias en la aparición de arritmias auriculares con el uso de remdesivir, hidroxicloroquina o azitromicina.
Tabla 1 Características de los pacientes con y sin arritmias auriculares
La necesidad de ventilación mecánica se asoció fuertemente con el desarrollo de arritmias auriculares (p = 0,0002).
Se requirieron vasopresores para mantener la presión arterial en algún momento durante la hospitalización en 47 (68%) de 69 pacientes con UCI, incluidos 15 (79%) de 19 pacientes con y 32 (64%) de 50 pacientes sin arritmias auriculares.
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