Eficiacia en distintas formas clínicas | 17 JUL 19

Uso de pregabalina en dolor neuropático

La evidencia reunida en esta revisión indica la eficacia analgésica de la pregabalina en la neuralgia posherpética, la neuropatía diabética dolorosa y el dolor neuropático postraumático, así como la ausencia de eficacia en la neuropatía por HIV y el dolor neuropático de origen central
Autor/a: Derry S, Bell R, Moore R y colaboradores Cochrane Database of Systematic Reviews 1(-):1-50, Ene 2019

Introducción y objetivos

El dolor neuropático se origina en lesiones del sistema nervioso y se considera que es consecuencia de una respuesta patológica de adaptación a un estímulo nocivo debido a múltiples causas. Se caracteriza por la presencia de dolor (continuo o paroxístico) en ausencia de un estímulo disparador o por una respuesta dolorosa exagerada ante estímulos nociceptivos de baja intensidad (alodinia).

Es un dolor heterogéneo en su etiología, fisiopatología y presentación clínica. Se asocia con diversos fenómenos sensoriales como entumecimiento y alodinia y puede clasificarse según la causa de la lesión nerviosa, como neuropatía diabética dolorosa (NDD), neuralgia posherpética (NPH), neuralgia posamputación (dolor del miembro fantasma), neuralgia posquirúrgica, neuralgia postraumática, neuralgia del trigémino y neuralgia por HIV, entre otras. En ocasiones, es idiopático.

Las revisiones sistemáticas informaron una prevalencia global de entre 7% y 10% de la población general. Algunas formas de dolor neuropático, como la NDD y la NPH, muestran una prevalencia en aumento y se considera que la NDD es la más frecuente.

El dolor crónico causa discapacidad en el paciente, altera significativamente su calidad de vida, produce consecuencias económicas e incrementa los costos en salud.

Los estudios en Estados Unidos y Europa han mostrado que estos últimos son tres veces superiores a los costos de controles equiparados.

El tratamiento efectivo del dolor neuropático es difícil y sólo en una minoría de los pacientes se logra un control completo, como ocurre con otras causas de dolor crónico. Se recomienda en general un abordaje multidisciplinario que combine fármacos con intervenciones físicas y cognitivas.

Los analgésicos convencionales (paracetamol, AINE, opioides) no suelen ser efectivos. Los tratamientos incluyen fármacos moduladores del dolor como antidepresivos (duloxetina, amitriptilina) y antiepilépticos (gabapentina, pregabalina).

La pregabalina es un análogo alquilado del gamma-aminobutirato (GABA), estructuralmente relacionado con la gabapentina. Se une a la proteína alfa-2-delta de tipo 1 de los canales de calcio P/Q dependientes del voltaje y reduce la liberación de moléculas excitatorias.

Se utiliza como antiepiléptico, ansiolítico y para el tratamiento del dolor neuropático. Si bien algunos datos indican que la pregabalina, en dosis de 300 mg/día o de 600 mg/día, es efectiva en los pacientes con dolor neuropático de origen posherpético, diabético o postraumático, se considera que estos datos tienen una evidencia de calidad baja o moderada.

Esta revisión sistemática evalúa la evidencia sobre la eficacia analgésica de la pregabalina y los efectos adversos de su uso en adultos con dolor neuropático crónico.


Métodos

Esta revisión Cochrane, efectuada en 2018, es la actualización de una revisión similar de 2009 y se basó en la búsqueda sistemática de estudios que analizaron el uso de pregabalina para el tratamiento del dolor neuropático en adultos, entre 2009 y 2018.

La búsqueda se realizó en las bases de datos Cochrane Library,Cochrane Register of Studies Online (CRSO), MEDLINE, EMBASE, ClinicalTrials.govInternational Clinical Trials Registry Platform (ICTRP) y Pfizer Clinical Study Report Synopses (PCSRS).

Se incluyeron estudios controlados y aleatorizados (ECA) a doble ciego, con tratamientos de al menos 2 semanas de duración.

Los ECA debían tener al menos 25 participantes por cada grupo de tratamiento, mayores de 18 años, con diagnóstico de dolor neuropático crónico por neuropatía por cáncer, dolor neuropático central, síndrome de dolor regional complejo de tipo II (SDRC-II), neuropatía por HIV, NDD, NPH, dolor del miembro fantasma, dolor neuropático posoperatorio, dolor neuropático traumático, lesión de médula espinal o neuralgia del trigémino.

Los estudios informaron sus resultados con escalas subjetivas de dolor (Numerical Rating Scale, NRS), escalas analógicas visuales (Visual Analogue Scale, VAS) y escalas globales de satisfacción (Patient Global Impression of Change Scale, PGIC). El beneficio del tratamiento se definió como moderado cuando se informaba un alivio del dolor de al menos 30%, y sustancial, cuando el beneficio era al menos del 50%.

La variable principal de resultado fue el grado de reducción del dolor y, las variables secundarias, las tasas de abandono del tratamiento (por ausencia de efectividad o por efectos adversos) y la prevalencia de efectos adversos.

Los estudios fueron evaluados en forma independiente por 2 de los autores y las discrepancias se superaron por consenso. El riesgo de sesgos fue evaluado por los criterios Cochrane para revisiones sistemáticas. Se utilizaron datos dicotómicos para calcular la diferencia de riesgo (RD) o el cociente de riesgo (RR), con sus intervalos de confianza del 95% (IC 95%).

Se utilizó un modelo de efecto fijo y se calculó el número necesario para tratar (NNT) a fin de obtener un beneficio (NNTB) o presentar un efecto adverso (NNTH). Se utilizó el análisis de resultados por intención de tratar. La heterogeneidad estadística fue estimada por técnicas visuales y por el estadístico I2.

 

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