Genética y psiquiatría | 07 ABR 19

La personalidad tiene un componente hereditario considerable

La integración entre los factores sociales y biológicos es de fundamental importancia para comprender cómo se modifican los genes en reacción al entorno de un individuo determinado.
Introducción y Objetivos

Desde el punto de vista psicológico es importante tener en cuenta el perfil hereditario de cada individuo a la hora de ana­lizar la influencia del contexto social sobre el modelado de la personalidad y la conducta.

Resulta fundamental la integración de los factores sociales y biológicos para comprender cómo se modifican los genes en reacción al entorno. Así, la confronta­ción entre natura y nurtura podrá transformarse con el fin de comprender al individuo desde una perspectiva biopsicosocial integradora más fiel a la realidad.

El objetivo del presente estudio fue evaluar la información obtenida en estudios genéticos conductuales y su influencia sobre los fenómenos psicológicos, en general, considerados de origen social. Asimismo, la autora propuso la integración de la investigación genética y psicológica.

Genética conductual

La heredabilidad se ve reflejada en la variación de un ras­go determinado, vinculada con los factores genéticos y ob­servada en una proporción de la población. Según algunos autores, la ley principal de la genética conductual enuncia que todos los rasgos conductuales humanos son heredables.

De acuerdo con los resultados de un metanálisis, aproxima­damente el 50% de la varianza poblacional relacionada con un rasgo determinado se debe a factores genéticos, en tanto que en el resto de los casos intervienen factores ambienta­les.

También se informó que aproximadamente la mitad de la varianza correspondiente a los rasgos vinculados con la personalidad y el temperamento tiene un origen genético.

En términos de magnitud de efecto, puede indicarse que la personalidad tiene un nivel de heredabilidad similar frente a la orientación sexual y algo inferior en comparación con el peso corporal.

Más allá de los rasgos básicos, se propuso que todas las características de la personalidad tienen cierto perfil hereditario.

El entorno compartido

Los resultados de diferentes estudios permiten indicar que la influencia del entorno compartido sobre determinados rasgos de la personalidad es nula. El entorno compartido in­cluye variables como la nacionalidad, el lugar de residencia o la institución escolar a la cual asiste un individuo, la influen­cia de las normas sociales y el estilo de crianza.

En general, se considera que los padres constituyen un factor clave para el modelado de la psicología del niño, cuyo estilo de apego respondería a la crianza.

A su vez, el estilo de apego parece estar asociado con el perfil de relaciones futuras. No obstan­te, otros autores hallaron que el entorno compartido refleja un nivel bajo o nulo de varianza al analizar el temperamento y la personalidad. Es decir, no existirían factores vinculados con la crianza, la familia o la sociedad que determinen las características de la personalidad al considerar los factores genéticos.

A pesar de lo antedicho, en los estudios sobre el apego generalmente no se tienen en cuenta los factores genéticos.

Por último, los entornos compartidos pueden ser objetivos, es decir, observables por el investigador; en cam­bio, los entornos efectivos se definen de acuerdo con sus consecuencias. Es posible que los sucesos que tienen lugar en un entorno compartido sean significativos; no obstante, su importancia dependerá de la percepción de cada indivi­duo al respecto.

La varianza del entorno puede explicarse en términos genéticos

Según los datos disponibles, los entornos objetivos se aso­cian en menor medida con las características del individuo en comparación con los entornos percibidos. En este sentido, diferentes individuos pueden reaccionar a un mismo estímu­lo de maneras, también, diferentes.

En consecuencia, resulta importante saber qué factores influyen sobre la percepción positiva o negativa del entorno. La genética responde a este interrogante. Los resultados de diferentes estudios permiten indicar que los factores genéticos se asocian con el apoyo social percibido por el individuo; en coincidencia, el estilo atribucional y el optimismo tienen carácter hereditario.

No resulta simple diferenciar los efectos de los genes so­bre la percepción de las experiencias frente a las experiencias en sí. Es posible que los patrones observados reflejen varia­ciones genéticas; por ejemplo, ante la percepción de apoyo social y el nivel real de apoyo recibido por el individuo.

Al­gunos estudios confirmaron que un mismo entorno familiar puede ser experimentado de manera diferente por distintos individuos, lo cual en cierta medida tendría una explicación genética. Los efectos de los genes sobre la percepción del entorno también se observan en la escolaridad. Más allá de lo antedicho, los genes pueden influenciar las experiencias de la vida en general.

Por ejemplo, se informó la influencia de los factores genéticos sobre la experiencia vinculada con los asaltos, los problemas financieros, laborales o legales, las separaciones, el nivel educativo y el nivel socioeconómico. Debe considerarse que los factores genéticos afectan al in-dividuo, no a su entorno; esto es importante a la hora de analizar la interacción entre los genes y el entorno.

Correlación entre los genes y el entorno

La correlación entre los genes y el entorno puede ser activa. Es sabido que los individuos desempeñan un papel activo al exponerse al entorno, cuya percepción se modifica en función de las preferencias, la personalidad, los intereses, las necesidades y otros factores.

 

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