Características clínicas y abordaje terapéutico | 03 NOV 18

Pirosis funcional

La pirosis funcional es uno de los tres fenotipos en que se divide la enfermedad por reflujo no erosiva, con características y modalidades terapéuticas distintivas
Introducción

Casi dos tercios de las personas con pirosis típica no presentan erosiones en el estudio endoscópico del tracto digestivo superior, lo que da lugar a la llamada enfermedad por reflujo no erosiva (ERNE).

Las pruebas que monitorean la impedancia y el pH esofágicos permitieron reconocer tres fenotipos vinculados con este trastorno: ERNE verdadera, esófago hipersensible (fenotipo que, de acuerdo con los criterios Roma IV, en la actualidad se denomina hipersensibilidad al reflujo), y pirosis funcional, que incluye aquellos pacientes cuyas pruebas esofágicas son normales y sus endoscopias no muestran lesiones; existen escasos datos epidemiológicos acerca de su prevalencia. 

En diversos trastornos funcionales gastrointestinales los mecanismos fisiopatológicos no están claramente establecidos y se postula que la sensibilización del eje conformado por el cerebro y el intestino desempeña un papel importante, ya que el estímulo cerebral se produce por factores psicológicos y cognitivos que intensifican la percepción de la pirosis.

Identificación de la pirosis funcional

Por lo general, los pacientes con este fenotipo son mujeres jóvenes o de mediana edad con antecedentes de pirosis de larga evolución, y tanto la gravedad de sus síntomas como el impacto en la calidad de vida relacionada con la salud es similar a la de los otros fenotipos de ERGE.

Es habitual que los pacientes consulten debido a que no responden al tratamiento con inhibidores de la bomba de protones, aunque las tasas de refractariedad a estos fármacos pueden variar significativamente debido a la definición arbitraria de fracaso a estos medicamentos.

En Asia, por ejemplo, se considera que la ERGE no responde a la terapéutica con esta clase farmacológica cuando hay persistencia de la sintomatología luego de más de ocho semanas de tratamiento con dosis estándar. En los casos de pirosis funcional, la falta de mejoría de los síntomas con la terapia farmacológica se presenta en aproximadamente la mitad de los pacientes.

Ante la presencia de signos de alarma:

  • disfagia
  • pérdida de peso
  • anemia
  • antecedentes familiares de cáncer de estómago

En estos casos debe realizarse estudios complementarios como la endoscopia del tracto digestivo superior; en los casos de pirosis funcional, este estudio es normal. Consideran importante efectuar el diagnóstico diferencial con la esofagitis eosinofílica y la mucosa gástrica ectópica localizada en el esófago, la cual puede secretar ácido y provocar síntomas orofaríngeos y acidez.

Las pruebas de reflujo efectuadas en forma ambulatoria se realizan luego de un período sin tratamiento, y permiten diferenciar los fenotipos de la ERGE sobre la base de la asociación de síntomas y la carga asociada con el reflujo.

En la pirosis funcional, esta última debe ser normal y con un tiempo de exposición del ácido en el esófago debe ser inferior al 4%. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que no todos los síntomas pueden capturarse en un estudio de 24 horas y que, además, pueden ser subjetivos.

Otros parámetros adicionales y basados en la impedancia que en la actualidad se encuentran en investigación pueden resultar útiles para la diferenciación entre la pirosis funcional y la ERNE: la impedancia basal nocturna media (mean nocturnal baseline impedance[MNBI]) que consiste en la obtención del valor de la impedancia a 3 cm o 5 cm por encima del esfínter esofágico inferior durante un reposo nocturno y cuyo valor inicial o de base se considera la media obtenida en tres períodos de 10 minutos sin tragar.

 

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